Tras el fin del default, la mirada de los economistas viró en una sola dirección: cuánto tiempo la tasa de interés permanecerá elevada en torno al 38% anual. Un aspecto central de la economía que, de no mediar cambios en el mediano plazo, podría empezar a generar cortes en la cadena de pagos.
Daniel Marx, director de Quantum Finanzas, explicó que, en líneas generales, “una tasa alta tiene efectos diversos, uno de ellos es la restricción monetaria, con efecto sobre los precios y la inflación, aumenta la mejora del peso con respecto a otras monedas, tiene un implicancia negativa sobre el nivel de actividad, y eso atenta contra el consumo”.
Será clave cómo hará el Gobierno para hacer equilibrio entre estos efectos. Fausto Spotorno de Orlando Ferreres & Asoc., aclaró: “Todavía no se observa un corte en la cadena de pagos”, pero advirtió: “creemos que eso podría suceder si la política de tasas altas se extiende por entre 8 y 9 meses”. Para el economista, la expectativa es que empiece a bajar antes de que eso suceda, en línea con una desaceleración de la suba de precios.
Al respecto, Federico Sturzenegger, presidente del Banco Central, había informado semanas atrás a través de un comunicado que en el momento en el que se observara una tendencia clara a la baja de la inflación, el nivel de tasa podría comenzar a descender.
Estará atada a esta decisión la evolución del crédito privado, ya que el atractivo de las tasas hace que los bancos destinen sus fondos a suscribir las emisiones de Lebacs del Banco Central.
En cuanto al repunte y caída del crédito a empresas y personas de los últimos meses, Marx señaló: “La expectativa de devaluación aceleró la demanda de crédito en pesos, y eso es una vez que se concretó, empezó a corregirse. Estamos en un momento de estanflación. Pero una vez que la suba de precios se desacelere, es esperable que el crédito a empresas e individuos repunte”, opinó Marx.