ECONOMIA
INVERSIONES EN STAND BY

Empresas internacionales preguntan cuándo es el “momento Argentina”

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En las multinacionales se preguntan cuándo llega el “momento Argentina”. Mientras asoman presidenciables más proempresas para 2016 y hay entusiasmo por los gestos de acercamiento a los mercados que está dando el Gobierno, crecen las consultas en las oficinas locales de fusiones y adquisiciones (M&A), donde sostienen que las compañías están baratas en comparación con la región.
En el primer trimestre de 2014 hubo 30% más de acuerdos de compraventa de empresas, revelan en la auditora PWC, luego de un 2013 de poco movimiento que había empezado a desperezarse tras las últimas elecciones legislativas. En la segunda presidencia de Carlos Menem, rememoran, se hacían deals por US$ 20 mil millones. Hoy hay negocios por US$ 2.500 millones al año. Los primeros que olfatean que puede haber un cambio de tendencia son los propios capitalistas argentinos, que entienden las reglas como pocos. “Ya hay movimientos de fondos locales que buscan posicionarse en el sector financiero, por ejemplo”, dice Ignacio Aquino, encargado de M&A de PWC. “De febrero para acá, hay creciente interés en cómo se van a ir dando las cosas en los próximos 18 a 24 meses”, apunta Mariano Sánchez, de KPMG. Desde afuera, la Argentina surge como opción clara en energía, alimentos, agrobusiness y minería. “La compra de Nidera por parte de los chinos es un ejemplo de un sector estratégico”, apunta Eduardo De Bonis, socio a cargo de M&A en First, que igualmente asegura que aún faltan cambios de fondo para que lleguen más inversiones. Según la Comisión Económica para América Latina (Cepal), en 2012 llegaron más de US$ 12 mil millones de inversión extranjera directa, pero en parte por reinversión de utilidades que no se dejan girar. Justamente, ésa es una de las trabas que señalan los asesores de fondos del exterior. Para los inversores es momento de ver y tomar posición. Aún no ven claro cómo hará la próxima gestión para atenuar la inflación, desenredar la maraña de subsidios y resolver litigios por la deuda externa, mientras crece el costo político del ajuste y se acercan las elecciones.