Cuando la atención de los mercados parecía centrada únicamente en el devenir de la crisis internacional, una serie de medidas del Gobierno que sacudieron el mercado cambiario agregó otro factor de incertidumbre para los inversores.
Acostumbrados a elegir el dólar como primera opción de ahorro, los argentinos ahora deben buscar otras alternativas para resguardar su capital, en un momento donde el concepto de refugio en todo el mundo está mutando, si no desapareciendo.
La cuenta es muy simple: de 2007 en adelante el costo de vida promedió el 23% por año, con la administración K ajustando el precio del dólar en variaciones anuales que fueron del 5 al 8%.
Resultado: la economía nacional sufrió una inflación en dólares acumulada del 10% anual, tanto que los exportadores, que antes vendían sin ningún esfuerzo, ahora se las ven complicadas para lograr el “sí, quiero” desde el otro lado.