Para el Gobierno, en el último trimestre empezarán a mejorar algunas variables: Brasil tocó fondo, el consumo dejó de caer y la inflación sigue cediendo, lo que además permitirá la baja de tasas que reclama el sector privado para invertir. Y en 2017, el crecimiento estará entre 3 y 4%. Sin embargo, empresarios y economistas advierten que el “costo argentino” se mantiene pero también hay un componente de “expectativas” en que se cumplan las metas. La inflación proyectada ya no llegará al objetivo. Tampoco el resultado fiscal, aunque para los economistas “es manejable”.
El nivel de deuda sobre PBI está en el 23%, según indicó el analista Miguel Kiguel. En ese marco, consideró que hasta un 30% sería un margen tolerable.
El déficit fiscal, en tanto, “hoy se tolera porque la Argentina está en recesión y necesita políticas de estímulo. La seguridad social es el 10% del gasto y no se puede recortar. Los gastos de capital (inversión del Estado) están en 2,5% y no deberían recortarse. Los subsidios representan el 3,5%. No es un margen grande de acción. Achicar el déficit va a ser largo porque se necesita aumentar ingresos”, indicó Kiguel.
El Gobierno admite “errores no forzados” y problemas de gestión como en el caso de tarifas, el más marcado por los empresarios, pero también asegura que no midieron “el impacto real de la herencia”.
Para los industriales, el “error” de aprobar el stock de DJAI –que Comercio eventualmente reconoció– representó que, en los sectores sensibles, ingresara el 80% de las importaciones del año, según indican los textiles, por ejemplo.
Con el recálculo de la meta fiscal por la marcha atrás con el ajuste en tarifas de gas y electricidad, también analizan dar marcha atrás con algunas promesas de campaña, como la eliminación del 5% de retenciones a la soja. “Vamos a tratar de cumplirlo”, aseguró el secretario de Agricultura, Ricardo Negri, que de todas formas reconoció que se analizan alternativas como compensarlo con un crédito a cuenta de Ganancias, por ejemplo. La propuesta salió del mismo sector privado, según relató Alberto Padoán, uno de los directores de Vicentín y presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Expansión. Para el economista Luis Secco, que participó del precoloquio de IDEA en Rosario, el Gobierno entiende que “para hacer reformas estructurales, necesita que la actividad crezca. En un contexto de ajuste es imposible llevar adelante reformas”. Por eso Rogelio Frigerio se encargó se asegurarle a la platea de empresarios que “se están poniendo en marcha los planes de obra pública”.
“Para reactivar la economía se necesita un ingreso de capitales porque eso ayudaría a una expansión de la demanda agregada, pero todavía hay factores de incertidumbre”, sostuvo el director de Quantum, Daniel Marx. El blanqueo de capitales va en esa dirección, aunque el Gobierno ató el proyecto a la “recomposición histórica” a jubilados.
Según Camilo Tiscornia, socio de C&T Asociados, hay “un panorama más positivo pero todavía falta que se vean los resultados de medidas como la baja de la tasa de interés”. Pese a la crisis en Brasil, hay otros sobre los que se podría alentar la actividad en el corto plazo como la obra pública. En el largo plazo pensamos que se debe encarar una baja de los impuestos en general, necesitamos una reforma profunda en ese sentido.
“Cualquier inversor serio mira perspectivas de largo plazo, nadie decide en base a la coyuntura. La Argentina tiene el horizonte despejado. Algún bache puede tener, pero no se ven sobresaltos”, sostuvo por su parte el titular de Accenture, Sergio Kaufman.
Presión en góndola a “la inflación más baja”
Fue el latiguillo de los últimos días para dar cuenta desde el Gobierno de que la inflación está bajo control. “Agosto marcará la inflación más baja de los últimos diez años”. Lo aseguró el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Lo repitió el de Interior, Rogelio Frigerio. La estimación del director del Indec de que el índice estaría en torno al 0,7% –con el descuento del impacto de tarifas– podría no mantenerse hacia adelante.
“Cualquiera que vea las nuevas listas de precios ve que hay una suba en los productos de entre el 4 y 6%”, vaticinó una fuente del sector supermercadista sobre la actualización que están llevando adelante sus proveedores.
El Gobierno puso énfasis esta semana en la investigación sobre tarjetas de crédito y las conductas oligopólicas. También busca desarticular las promociones para que se conozca “el verdadero precio” de los productos. Pero mientras Comercio negocia la nueva etapa de Precios Cuidados, los proveedores aseguran que “por tarifas, impactos de paritarias y aumentos de costos logísticos” deben actualizar los precios.
“No podemos no tener en la góndola productos de Procter & Gamble o Unilever”, indicaron sobre los aumentos que empiezan a cocinarse en las listas de precios que llegaron en las últimas semanas y que pueden ponerle presión a la inflación de septiembre si los supermercados trasladan esos precios. De lo contrario, septiembre debería ser un mes de bajo impacto estacional y el transcurso de las audiencias públicas para analizar tarifas energéticas garantiza además que no habrá impacto por ese lado en los precios. La trayectoria, estiman en el Gobierno, seguiría así hasta diciembre, mes de presión estacional.