La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) Christine Lagarde visitó el país para asistir a la cumbre de ministros del G20 y disfrutar, como se la vio, de Buenos Aires y también de las Cataratas del Iguazú junto a su marido Xavier Giocanti. Sin embargo, la llegada de alguien de su rango al país tras 11 años, despertó especulaciones sobre la posibilidad de acordar un programa financiero para acceder a menores tasas de endeudamiento frente a las turbulencias de la plaza internacional.
Sin embargo la lectura de los analistas es que implicaría un “caro costo político” y sería una “señal económica negativa” porque los inversores podrían interpretar que el país atraviesa una urgencia financiera cuando no es así porque ya se cubrió gran parte de las necesidades del 2018. La propia Lagarde despejó dudas el jueves: “No vine a negociar algún tipo de programa porrque Argentina no lo pidió ni tampoco lo necesita”.
Miguel Zielonka, de EconViews, planteó a PERFIL que acordar con el FMI tendría la “ventaja de un costo de tasa de interés más bajo porque el fondeo de los organismos multilaterales es más barato, y evitaría saturar el mercado externo o doméstico con mayor emisión de deuda” pero alertó que el riesgo es que sea percibido “como una situación de necesidad y urgencia” por los inversores.Sugirió como alternativa acordar una línea “tipo contingente (en caso que el país quiera solicitarla ya están preacordadas las condiciones) pero no pedir ningún desembolso ahora”.
Para el ex presidente del Banco Central Mario Blejer –quien trabajó 20 años en el FMI– esa opción “es carísima desde el punto de vista político, y es una alternativa de último recurso”, y consideró que el país no lo necesita porque “hasta ahora el financiamiento con deuda de la Argentina no ha causado ningún problema financiero ni macroeconómico”. También calficó el vínculo bilateral de “relativamente cálido”.
Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina evaluó a PERFIL que “sería una señal política negativa cualquier tipo de acuerdo por la histórica relación de la Argentina con el FMI, y también económica porque uno recurre a eso en caso de necesidad y urgencia, y la realidad es que el Gobierno colocó deuda justo antes de las turbulencias”.
“Me parece demasiado el costo político. No lo veo conveniente, salvo que se entre en un escenario donde conseguir financiamiento externo se haga complicado con tasas mucho más elevadas, pero está muy lejos eso”, opinó. Con un razonamiento similar, Federico Furiase, de Eco-Go, opinó que “No sería conveniente”, un acuerdo de financiamiento con el FMI porque “generaría un costo político” dado que tradicionalmente “es un esquema donde te financia porque hay una situación de mayor tensión o de crisis, y entonces se empieza a meter en los condicionamientos de la política económica”, pero además, daría “la sensación de vulnerabilidad” ya que el organismo “actúa como un prestamista más de última instancia, cuando no tenés el financiamiento de mercado”.n