ECONOMIA
DESEMBARCO en crisis

Estudian declarar la emergencia energética

El ministro de Energía, Juan José Aranguren, completó ayer su equipo eléctrico con referentes del sector mientras el calor generaba interrupciones del servicio en la Ciudad.

PISO 12, AYER. Las oficinas de la Secretaría de Transporte, con humedad y vigas a la vista.
| Néstor Grassi

El debut del nuevo gabinete energético que lidera Juan José Aranguren, que formalmente entró en funciones ayer, no dejó espacio para las presentaciones de rigor: con las temperaturas bastante por encima los 30 grados por primera vez desde el verano pasado, el sistema eléctrico volvió a operar al límite con las ya conocidas fallas en el segmento de distribución. En la tarde de ayer se registraron cortes en varios barrios porteños como Almagro, Barracas y San Telmo. En ese contexto, el gobierno de Macri analiza la declaración de la emergencia energética.
En el plano coyuntural y también por su delicado impacto político, la deficiente gestión del sistema eléctrico es la herencia más descarnada que deja la gestión del ex ministro de Planificación, Julio De Vido. Tanto Edenor como Edesur estuvieron virtualmente intervenidas en los últimos años por Roberto Baratta, mano derecha del santacruceño, que acaba de asumir como diputado por la provincia de Buenos Aires.
Aranguren no tendrá tiempo efectivo para modificar el funcionamiento inmediato de la red eléctrica. Buscará que las múltiples falencias del tendido eléctrico afecten lo menos posible al consumo residencial en los grandes centros urbanos. Una eventual declaración de emergencia energética, como analizan en estamentos políticos del macrismo, podría contribuir a tomar medidas que racionen el uso de la electricidad en edificios públicos,
por ejemplo.

Equipo. Bajo la órbita del Ministerio de Energía y Minería, que comanda el ex titular de Shell, el primer responsable del área es Alejandro Sruoga, nuevo secretario de Energía Eléctrica. Dirigió esa cartera durante la gestión de Fernando de la Rúa y luego se desempeñó como consultor nacional e internacional en regulación energética y planificación de inversiones. Estará flanqueado por dos alfiles: Osvaldo Rolando, que estará a cargo de la Subsecretaría de Generación Térmica, Transporte y Distribución Eléctrica, y Julio Bragulat, que ayer asumió como gerente general de Cammesa, la administradora del mercado eléctrico mayorista. El primero se desempeñó hasta ahora como titular de Adeera, la asociación de las empresas distribuidoras de electricidad. Formado en Segba durante la etapa estatal del sistema de distribución, luego pasó a
Edesur –la segunda eléctrica del país, hoy controlada por la italiana Enel–, hasta que se jubiló de esa empresa hace ya dos años.
Bragulat es otro viejo conocido del sector: se retiró de Cammesa hace cuatro años con el cargo de subgerente general. Mantiene una buena relación con el ex secretario de Energía Daniel Cameron y el año pasado asesoró a la Gobernación de Córdoba en el armado de un consejo sectorial de energía.

 

De Vido, ni los techos

Un punto que generó sorpresa entre los nuevos funcionarios del gobierno de Cambiemos fue el grado de deterioro que muestra el edificio de Economía y Hacienda en algunos pisos.
Paradójicamente, donde funcionaba el Ministerio de Planificación, encargado de las obras de infraestructura en todo el país, a cargo de Julio De Vido hasta hace horas, es donde más se evidenció la falta de mantenimiento.
En especial, en los pisos 11 y 12 es donde más deterioro advirtieron los nuevos técnicos, allí donde funcionaban las secretarías de Transporte, ahora devenido en Ministerio.
Falta de mantenimiento en las paredes, falta de pintura y filtraciones es algo repetido en esos pisos. Es más, el piso 12, el último del Palacio de Hacienda, tiene, en algunos sectores, tales filtraciones de humedad que se ha caído el revoque y se puede observar en algunas partes la viga de hierro que conforma la estructura de algunos de los techos de ese piso del edificio.
Con ese panorama, ayer en el estacionamiento de Economía hubo un intenso tránsito de personal descargando computadoras y papeles del nuevo equipo.