El sueño de una cadena de bocas de expendio de combustible argentino-venezolana que tuvieron hace tres años Néstor Kirchner y Hugo Chávez hoy quedó trunco. Enarsa y PDVSA rompieron su sociedad y en los próximos días, las únicas dos estaciones de servicio que subsisten de las 600 planificadas para todo el país en 2005 pasaran a manos venezolanas en los próximos días.
La inversión de 1.500 millones de dólares que planeaba la sociedad binacional nunca llegó y la esperanza de competir con otras petroleras gigantes como Petrobras fue sólo eso, nunca un hecho.
Según aseguró un vocero de la petrolera estatal bolivariana al diario Crítica de la Argentina, "se están realizando los trámites para terminar el traspaso de las mismas [las dos bocas de expendio que quedan] a PDVSA. Si bien aún tienen los carteles compartidos con la petrolera venezolana, ya no nos pertenecen".
La buenas relación entre los gobiernos de Néstor Kirchner y Hugo Chávez nunca pudieron transferirse al directorio de la sociedad, donde el ministerio de Planificación de Julio De Vido nunca tuvo una buena relación con el presidente de la filial local de PDVSA.
Otro factor que influyó en el fracaso de la petrolera fue el escándalo del Valijgate. El maletín con dinero no declarado que introdujo Antonini Wilson a Argentina se cobró a Daniel Uzcategui, directivo de la petrolera venezolana en Argentina que tenía una excelente relación con los directos kirchneristas.
“En este acto nace formalmente Enarsa”, dijo Julio De Vido al inaugurar junto a Chávez la primera estación de servicio de la empresa binacional. Habrá que ver cómo sigue el futuro de la empresa energética argentina, sin el impulso de los petrodólares bolivarianos y en medio de una potencial crisis energética que se avisora.