Adelmo Gabbi, de 75 años, acaba de asumir su sexto mandato de un año como presidente de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, un recinto emblemático de la City porteña, y es una de las voces más representantivas de ese cuerpo tan inasible llamado los mercados. “Termino el mandato y me voy, así lo establecen las normas”, dice, este hombre que cada vez que la entidad celebra su aniverario recibe al presidente de turno y comparte un discurso. Lo hacía en el mandato de Néstor Kirchner, en el de Cristina Fernández y ahora con Mauricio Macri.
—¿Vio la presentación de Cristina Kirchner en la Feria del Libro?
—La verdad, que no. Lo leí en el diario. No estoy de acuerdo en su opinión sobre José Ber Gelbard. Yo viví la época de Gelbard. Tenía 20 años. Fue una olla a presión que luego reventó. No quisiera volver a vivir una época como la que se vivió en la época de Gelbard, cuando había falta de productos. El exceso de regulación trajo aparejadas escenas de violencia terrible en los almacenes y ese tipo de cosas. Porque no había productos. Era como la Venezuela de hoy, que no hay productos en las góndolas. Terminó en un control policíaco a las empresas, que no podían hacer los productos congelados porque era un precio inexistente. La gran diferencia es que la tasa de inflación era baja, mientras en Venezuela hay tasas altísimas. Gelbard tenía una orientación socialista.
—¿No percibió una CFK dialoguista?
—Ella en la campaña electoral tiene una personalidad, y después adquiere otras, ni mejores ni peores. Distintas. A mí me tocó mucho hablar con ella. Venía a la Bolsa todos los años. Con respeto, pero había un disenso constante.
—¿Se esperaba estos resultados económicos del gobierno de Cambiemos?
—Yo sabía que a la corta o a la larga había que sincerar las variables. Y la herencia era muy, muy grande. Acá no hubo un cepo cambiario porque les gustaba. Hubo un cepo cambiario porque no había divisas. Se pagaba una barbaridad de deuda interna porque no había financiamiento externo. Esta semana se pagó el Bonar 2024, de miles de millones de dólares, que en definitiva fue algo que tomó el gobierno anterior. Acá tenías las cosas más ridículas del mundo: pagabas un café más caro que la luz o el gas. Había que ponerlo en término porque era un desastre.
—¿Qué balance hace de esta gestión?
—Ha cometido muchos errores, que están a la vista, pero ha tenido aciertos que no se ven tanto y que no se publicitan. La apertura de los mercados del exterior ha sido importantísima. Esta crisis terminal no se hubiera mantenido sin el acuerdo con el Fondo, que es sumamente importante.
—¿No se emborrachó el Gobierno de mercados financieros y pagó por ello?
—¿Qué son los mercados? Son instituciones, fondos, personas que compran y venden determinado producto. Compran lo que les conviene y venden lo que no les conviene. A la Argentina les prestaron unas cifras considerables. Cuando empiezan a tener los primeros vaivenes, dejan de prestarle. Los mercados son una cosa que existe, que se toca.
—Pero ¿no se equivocó al endeudarse tanto?
—Al contrario, la Argentina tomó plata muy barata con respecto a la que podría tomar hoy o con los gobiernos anteriores. Mucho más barata. Estuvimos en un período de tasas bajas mundiales.
—¿No debió controlar más el ingreso de flujos de capitales para inversiones como las Lebacs? Cuando luego se desarmaron esas posiciones, lo pagó.
—Las posiciones de las Lebacs no es lo que podemos llamar el mercado propiamente dicho. El mercado es el internacional, el que facilitó los mercados iniciales para salir de los problemas. Las Lebacs son un mercado nacional, que busca tomar dinero que sobra a los efectos de que no se vaya.
—¿Usted, entonces, no ve un error en el tipo de vínculo del Gobierno con los mercados?
—Al revés, este gobierno ha tenido el vínculo correcto con los mercados. Porque en la Argentina después de estar tantos años afuera de los mercados, es muy difícil decir que tiene un vínculo correcto.
—El Presidente le envió los diez puntos de acuerdos básicos. ¿Qué piensa?
—Respondimos el mismo día que lo mandó. Agregamos el punto del financiamiento pyme, porque creemos que la pequeña y mediana empresa es la fuente de trabajo digno, y es donde tiene que empezar a tener la tasa de interés atractiva para que haya inversiones.
“Máximo fue muy claro contra los mercados”
—En los mercados financieros esperan una reclasificación de los activos argentinos como “mercado emergente” en índices internacionales, porque llegarían más inversiones. ¿Lo ve posible?
— Sí, absolutamente. Técnicamente la Argentina fue declarado país emergente y será desde este mes. ¿Cómo podría perder la Argentina el régimen? Si hubiera control de cambios. Con eso automáticamente pierde la posibilidad. La semana que viene debería empezar a producirse el efecto.
—¿Prevé un rally de los activos?
—Es muy difícil determinarlo, porque generalmente se adelantan, pero es mejor estar en clubes en los emergentes como Brasil y no competir con países como Botswana o Zimbawe, con respeto de los países africanos.
—Con ellos compartimos el ranking de inflación, de todas formas.
—Sí, estamos mal. La Argentina es un país que lleva setenta años gastando más de lo que le entra. Es imposible que esté bien.
—¿Considera que si asume Cristina hay posibilidades de default?
—Cristina no ha declarado en estos tiempos, ha estado callada. Pero el diputado Máximo Kirchner fue muy claro en contra de los mercados.