Aldo Ferrer, el ex ministro de Economía (1970-1971), integrante del Grupo Fénix que cumplió varias funciones gubernamentales en la ultima década, reafirmó en una entrevista con PERFIL que “cuando hay posiciones dominantes en el mercado” que afectan precios y abastecimiento “ el principal instrumento con que cuenta la economía es el aumento de las importaciones”, aunque admitió que el problema es que el Gobierno no tiene las divisas suficientes para atacar a todos los sectores concentrados: “sólo alcanza para el tomate”.
— ¿Es razonable importar tomates desde Brasil?
— Cuando hay posiciones dominates y no hay competencia, o cuando aparece escasez transitoria de produtos, el principal instrumento que tiene la política económica es el aumento de las importaciones.
— ¿Esto no contradice la política del cepo cambiario?
— Aumentar las importaciones en estos casos no implica violentar la política de defensa de la producción nacional. Y en el caso del tomate es razonable.
— ¿Puede, por ejemplo, abrir importaciones de combustibles para que su precio no suba como lo esá haciendo?
— El precio de la nafta es otro problema. No es un caso simple, porque hay que estudiar los componentes de subsidios e impositivos. No creo que sea un caso comparable al de un mercado concentrado como el de alimentos y otros insumos básicos que se producen aquí. Insisto, el tema pasa por usar las importac iones para evitar que las posiciones dominantes produzcan distorciones en la economía, como el tema precios.
— ¿Se cuentan con las divisas necesarias para poder disciplinar los mercados concentrados?
— Cuando el problema va más allá de un caso como el tomate, se plantea esa restricción. Cuando las divisas son escasas, como sucede actualmente en la Argentina, no se puede aplicar a todos los sectores, lo que viabiliza la eventual manipulación de los márgenes y el aumento de la inflación. Hay que aplicar la herramienta de aumentar importaciones, pero sólo tenemos dólares para tomate”.
Don Pepe. La entrevista con Ferrer se realizó el mismo día en que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, justificó la decisión de importar tomates de Brasil al asegurar que se quiere “defender a un solo destinatario: el pueblo argentino” y el bolsillo “de Don Pepe, de Doña Juana”.
El funcionario sostuvo que “está claro que en la Argentina antes no tenía la culpa (el ex secretario de Comercio Interior Guillermo) Moreno por los precios ni ahora la tienen (el ministro de Economía, Axel) Kicillof ni Capitanich ni (el actual secretario Augusto) Costa”.
“Lo que queremos, por instrucción de la Presidenta, es defender el bolsillo de los argentinos, de don Pepe, de doña Juana, porque ésa es la misión del Estado: regular adecuadamente el comportamiento de la economía para defender el bolsillo de los consumidores”, agregó.
Capitanich y Kicillof, ratificaron en sendas conferencias de prensa la política de importaciones y aseguraron por separado que fue el presidente de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Alfredo Coto, quien les “manifestó oportunamente la posibilidad de faltante de tomates en virtud de factores estacionales con el tema del clima”.
El Gobierno salió así al cruce de productores y cámaras empresarias que criticaron con la medida. Por ejemplo, el productor santafesino e ingeniero agrónomo Juan Carlos Favaro señaló que un eventual aumento del tomate es “una cortina de humo para la opinión pública” y afirmó que “el mejor tomate hoy vale menos de $ 5 en los mercados mayoristas”, precio que calificó como “irrisorio”.
El experto explicó que “pensar que se van a conseguir tomates baratos en Brasil es un error porque ese país tiene problemas de producción por el calor y tiene un costo de importación importante que encarece el producto”