Desde Madrid
Al Mercosur le aparece un nuevo foco de conflicto: la Alianza del Pacífico (AP), un espacio regional conformado por Chile, México, Perú y Colombia en 2011, que asoma como posibilidad de integración a los socios más chicos del bloque sudamericano.
Paraguay y Uruguay son observadores de AP, mientras que “Brasil quiere hacerse la foto con AP, pero no puede”, según deslizó un grupo de economistas en una convención en Madrid hace unos días. “No hay que tener temor a reconocer que estamos frente a dos modelos económicos de inserción regional distintos y que hay diferencias porque la política de desarrollo, el tamaño de los mercados y la estructura exportable son distintas”, explica a PERFIL Ignacio Bartesaghi, coordinador del Observatorio América Latina-Asia Pacífico de Aladi.
El evidente impulso de AP contrasta con la fase de aletargamiento que atraviesa Mercosur. “Hay que reconocer, sin susto, que la agenda externa de los países de la AP es mucho más dinámica que la de los países del Mercosur”, apunta Bartesaghi.
El arancel promedio en AP se sitúa en torno al 6%, en tanto el del Mercosur lo dobla, situándose en el 11%. AP mantiene tratados de libre comercio con más de ochenta países; más de veinte países se han constituido en sus observadores, mientras que Costa Rica, Guatemala y Panamá están gestionando su inclusión como países miembros de la AP. Mercosur carece de acuerdos comerciales con China y con Estados Unidos, mientras las negociaciones con la Unión Europea, que llevan una década, están estancadas.
Para 2015, se augura un mayor dinamismo para la AP, que cerró 2014 con un alza del 2,8% y una expectativa de cara a 2015 del 4 %; en tanto Mercosur rondó el 2% y proyecta el 1,8% para este año, explica Jesús Sarria, economista del CIFF-Centro Internacional de Formación Financiera de Madrid. Pero “¿por qué la contraposición entre estos dos modelos adquiere importancia? Por el vínculo Asia-Pacífico”, se explica Bartesaghi. “Porque el dinamismo de los acuerdos comerciales de esta región con el mundo nos ha impuesto una presión adicional a las agendas externas de los bloques comerciales”, agrega.
Para Germán Ríos, director de Estrategia de CAF, banco de desarrollo de América Latina, “tanto Mercosur como AP tienen a China entre sus principales socios, y a ninguno se le escapa que el dinamismo de esa relación entre China-Mercosur y China-AP “podría dar un salto de calidad, dado que China, con el 18% de la población mundial y una clase media creciente, representa un enorme mercado potencial para Latinoamérica”, explica Ríos. Otros expertos ven posibilidades de cooperación: “Es necesario generar puntos en que ambos bloques puedan cooperar”, dice Andrés Rebolledo, de la Dirección General de Relaciones Económicas de Chile a PERFIL.