ECONOMIA
caso para las universidades

La Argentina se vuelve un clásico en el estudio académico de la deuda

El litigio con los fondos buitre en Nueva York abre interrogantes sobre negociaciones futuras. La larga historia de crisis y cesaciones de pago.

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Desde París

La crítica situación de la deuda argentina se convirtió en un caso de estudio para los medios académicos de Estados Unidos y Europa.

Por segunda vez en su historia, incluso, el país es el actor de una innovación trascendental de las reglas de juego del sistema financiero internacional. La primera vez ocurrió en 1956, cuando el ministro de Economía de la Revolución Libertadora, Eugenio Blanco, debió refinanciar la deuda externa, que ascendía a US$ 500 millones. Blanco sugirió adoptar un mecanismo práctico que permitiera acelerar el procedimiento: en lugar de emprender negociaciones por separado  –como era habitual hasta ese momento–, propuso reunir en París a los once acreedores de ese momento. En ese primer encuentro, realizado finalmente el 16 de mayo de 1956, quedaron fijadas las reglas –no escritas– que regulan desde entonces el funcionamiento del Club de París.

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Esta vez la innovación puede sobrevenir como resultado de la reciente decisión de la Corte Suprema de Nueva York, capaz de desencadenar una “crisis sistémica, en la cual las renegociaciones voluntarias de las deudas serán más difíciles, sino imposibles”, sostiene el ex ministro colombiano de Finanzas, José Antonio Ocampo, profesor en la Universidad de Columbia. “Eso es lo que quiere evitar Estados Unidos –afirma– cuando apoya a Argentina en este caso”. Ocampo recuerda que en 2003 Washington hizo fracasar las negociaciones dirigidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para adoptar un Mecanismo de Reestructuración de Deuda Soberana (SDRM en sus siglas inglesas) y propició en cambio una negociación voluntaria y recurrir a la cláusula de acción colectiva (CAC). Otros países se opusieron en ese momento al SDRM y también apoyaron a Argentina.

La CAC mostró su eficacia en 2012 durante la reestructuración de la deuda griega. Aunque la solución no fue totalmente satisfactoria, al menos no dinamitó la confianza en el sistema. Anna Gelpern, profesora de la escuela de leyes de la Universidad de Georgetown, coincide con Ocampo en que el mercado financiero adaptará sus contratos y política de crédito con nuevas cláusulas de protección “para no verse expuesto a un enredo como el actual caso argentino”.

Nuestro país es ya un clásico de los defaults. En sus dos siglos de existencia, Argentina vivió un tercio de su historia en cesación de pagos: 72 años. Esa estadística escalofriante surge de la minuciosa base de datos de la economista Carmen Reinhardt, principal fuente documental del libro Esta vez es diferente, que publicó en 2009 con Kenneth Rogoff. Aunque las conclusiones del libro desencadenaron una feroz polémica en 2013, la información de Reinhardt es una de las mejores fuentes que existen sobre el tema. El inventario de catástrofes financieras argentinas muestra que el país registró siete episodios de default externo, cinco cesaciones de pago internas, diez crisis bancarias, dos períodos de hiperinflación y siete colapsos económicos.