La novena edición de los premios Fortuna a las Mejores y Mayores Empresas del país, que se entregaron en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, en base a una rigurosa metodología, mostró que la apreciación del peso favoreció, como en los 90, a las empresas de servicios, aunque, respecto de la medición del año pasado, los números de las compañías medidas cayeron cinco puntos en promedio. Personal, reconocida como la Mejor Empresa de 2012, y los hermanos Alejandro y Carlos Bulgheroni, directores del Grupo Bridas, quienes recibieron el Premio a la Trayectoria Empresarial, fueron el foco de la reunión que convocó a más de 300 empresarios de primera línea, analistas y diplomáticos, entre otros, como Santiago Soldati, Daniel Vila (Grupo Uno Medios), el economista Pablo Rojo, Rosendo Fraga y Juan Carlos de Pablo.
Ceferino Reato, editor ejecutivo de Fortuna, abrió formalmente la reunión prologado por Verónica Varano y Dardo López, quienes tuvieron a su cargo las presentaciones.
Reato opinó que “la continuidad es mejor que la ruptura, la evolución es mejor que la revolución. Nuestros vecinos, Chile, Brasil y Uruguay, así lo confirman. Por eso esperamos que los problemas que se han acumulado en la economía sean resueltos antes de que deriven en una nueva crisis. El diálogo abierto entre la Presidenta y los empresarios es importante y necesario, y esperamos que encuentren las mejores soluciones”.
El Premio Fortuna de Plata a la Mayor Empresa de 2012 (de acuerdo a su volumen de facturación) fue para YPF. Adelmo Gabbi entregó el reconocimiento a Alejandro Di Lázzaro, gerente del Departamento de Comunicación de la petrolera. Acto seguido, se otorgó el Premio Fortuna de Oro a la Mejor Empresa de 2012, que ganó Personal, del Grupo Telecom. Guillermo Rivaben, director de la compañía, recibió la distinción de manos de Alberto Fontevecchia, fundador de Editorial Perfil.
Antes de develarse el Premio Fortuna a la Trayectoria, el presidente de Editorial Perfil, Jorge Fontevecchia, se refirió al origen del galardón “como un reconocimiento a la labor de los empresarios, algo que en la última década han tenido muy poco”. Opinó que “uno de los problemas de la Argentina es que nos falta el don de la dosis. Hace unos años teníamos un gobierno con enorme poder y empresarios con mucha dificultad para mostrarse. El riesgo a futuro es la situación opuesta: que nos enfrentemos a un gobierno que carezca de poder. Una situación que a mí me parece igualmente grave”