Todos los años esta época representa una complejidad para las pequeñas y medianas empresas, la carga tributaria y previsional que enfrentan en este período es alta, sumado a que muchas de las industrias presentan una merma en las ventas, incluso los días festivos y feriados, más periodos vacacionales. Esto configura de por sí un escenario complejo. En este momento, además, se le suma la quietud que genera un cambio de mando político en toda la sociedad, cuanto menos hasta entender cuál será el nuevo rumbo, políticas y nuevas medidas.
Por todos estos factores se esperaba que durante toda la transición la factura de crédito electrónica (FCE) no creciera o incluso que se sumergiera en un pozo. Eso no solo no sucedió, sino que se ha incrementado el descuento de este instrumento en el mercado, sobre todo a través de las plataformas online, por el upgrade de simpleza y velocidad que le brinda.
“En 2019 se negociaron FCE por un monto equivalente de 700 millones de pesos. El instrumento ya superó el descuento de pagaré en la Argentina y crece a modo de 35 FCE diarias descontadas. Lo que está sucediendo con la FCE en este momento de transición, en el que presenta un fuerte crecimiento, es poco común para un instrumento relativamente nuevo. Sin dudas se relaciona con la facilidad de financiamiento a las pyme y la seguridad que representa para los inversores. Sumado a esto, el protagonismo de las plataformas para operarlas, ya que resumimos toda esa operatoria en un solo sitio y de manera muy simple y rápida” asegura Bruno Cosentino, CEO de Invoition.com.
Los números son elocuentes para demostrar la evolución de la FCE: el MAV (Mercado Argentino de Valores) ya descontó 556 facturas de crédito y acumula $ 716 millones de pesos operados. El éxito de esta herramienta no se explica solo por las pymes que encuentran financiamiento de calidad, en un contexto adverso, con la agilidad requerida por sus urgencias. Las grandes empresas, a través de esta, obtienen plazo, que en un contexto de crisis y de cambio de gobierno es algo muy necesario. Luego de su desembarco y con algunos meses de recorrido, las empresas receptoras de este instrumento comienzan a desdemonizarlo, encontrando en este un mecanismo de acuerdo más equitativo con sus proveedores, como también la manera de otorgarles una salida rápida con el descuento de la misma, sin complejizar su gestión y administración.