A fuerza de controles y en un contexto de crecimiento económico menor al esperado, en marzo el Gobierno lo hizo otra vez. Al igual que en febrero, consiguió –según relevamientos privados– bajarle un cambio al nivel general de precios, que si bien siguen subiendo, en este tramo de 2012 lo hacen a menor ritmo que un año atrás. Pero no lo está logrando de forma “genuina”, señalan economistas que, desde distintas escuelas, advierten que la política oficial hoy es “reprimir los aumentos” más que evitarlos. Así, abren un interrogante sobre el día después del congelamiento pactado con los supermercados, con tarjeta Supercard inclusive, por ahora hasta el 31 de mayo.
Según el Estudio Bein y Asociados, la inflación de marzo “viene muy baja” y rondará un tercio del alza de precios del mismo mes del año pasado, cuando había sido del 3%. “La inflación interanual así bajó a 22,5%”, indica el economista Miguel Bein, multado por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, por hacer mediciones de costo de vida. “Hay un conjunto de aumentos que van a venir, pero que se producirán o bien después de las paritarias, o quizás después de las elecciones, y tendrán un impacto”, indica otro experto que prefiere el off the record. Por fuera de las góndolas congeladas hay productos que se encarecen sin pausa, dice Isaac Rudnik, del Indice Barrial de Precios. Quizás por todo esto, hasta los aumentos que pide la CGT alineada con el Gobierno rocen el 35%, lejos del 22% fijado por la Nación a los docentes.
Pero el Indice de Precios al Consumidor del Congreso, creado para divulgar una cifra promedio que miden consultoras privadas que temen reprimendas del Gobierno, rondará entre 1% y 1,5% este mes, según estimaciones previas, lejos del alza del 2,31% del mismo mes del año pasado.
En igual sentido, coincide Carlos Melconian, economista candidato a legislador por el PRO, que indica que para él la inflación de este mes será menor del 2% cuando hace un año había dado 2,4%. El costo de vida –señala– venía “recalentado” en el último trimestre de 2012, tendiente a ubicarse en el 30% anual. “De manera ultra objetiva digo: a) que los precios siguieron creciendo, pero b) que se cortó esa ira, en términos represivos, no de manera genuina”, redondea.
Desde otro pensamiento económico, Eduardo Curia coincide. “La administración de los Kirchner siempre tuvo congelados algunos rubros, como servicios o tarifas, pero nunca había hecho un uso generalizado del freezer”, sostiene en diálogo con PERFIL. El ex asesor del Gobierno, Julio De Vido, y también ex socio de Moreno en una consultora, asegura que pese al congelamiento de “una amplia gama de productos”, hay “costos que se deslizan”, como la nafta, los salarios y el tipo de cambio. “Ahí empieza la represión de precios”, explica, y añade: “Hasta ahora los Kirchner habían reprimido los índices, pero ahora reprimen los precios, hay un giro”.
Por eso, advierte: “Tiene que estar muy estudiado el esquema de salida del congelamiento, porque existe un síndrome del día después”. En el fondo, como otros que reconocen el freno inflacionario actual, está pensando en el riesgo de un Rodrigazo, el salto de precios que en la década del 70 dispuso el ministro Celestino Rodrigo para salir de un esquema de congelamiento de variables. Por ahora, es sólo una tesis latente que puede depender de cuánto se extienda el freno a los aumentos.
Para Agustín D’Attellis, de la oficialista Gran Makro, no hay riesgos: “El acuerdo de precios es exitoso y no creo que sea represión sino un acuerdo por el momento con un sector en particular”. “La idea es ir trabajando sobre otros sectores y otras variables que apunten a fomentar la inversión”, completa. En la vereda opuesta, Melconian recuerda que en Venezuela el Gobierno bajó “artificialmente” del 29% al 19% la inflación antes de las elecciones de octubre pasado, pero que tras los comicios los precios subieron en promedio 3% por mes.