Cuando todavía había discusión sobre si los repuntes de algunos rubros de la economía en la comparación con el mes previo permitían hablar de una reactivación, la aceleración inflacionaria del bimestre febrero-marzo y la nueva inestabilidad del dólar amenazan con extender la recesión más de lo esperado. Al menos, así lo piensan economistas que siguen el minuto a minuto de la actividad productiva, que en líneas generales arrastra retroceso tras retroceso desde el segundo trimestre de 2018, cuando empezaron las corridas cambiarias.
La publicación esta semana de nuevas caídas de la industria y la construcción en febrero respecto del mismo mes del año previo por parte del Indec, vino acompañada por sendos crecimientos del 2,4 y el 8,3% respecto de enero, que fueron resaltados por el Ministerio de Hacienda, luego de que también hubiera datos azules en enero contra diciembre. Cuando se había publicado el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de enero, el economista Juan José Llach había tuiteado: “Según el hoy creíble Indec la actividad económica viene con malas y buenas noticias. La mala: en enero 2019 estaba 5,7% abajo de enero 2018. La buena: mes/mes creció tres de los últimos cuatro meses y hoy está levemente arriba de septiembre 2018. Reactivación muy suave, pero clara”. En igual sentido, Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, escribió: “Tres meses seguidos de expansión de la actividad (dic-2018 a feb-2019) ¡es una buena racha!”, pero lo matizó: “Los pilares de dicha recuperación se perdieron en marzo de 2019: estabilidad cambiaria y reducción de tasas de interés. Y, por aceleración de la inflación, el salario real no mejora”. Y concluyó: “Cabe destacar que en marzo el dólar trepó casi 11%, la inflación se ubicó en torno al 4% y la tasa de referencia del BCRA pasó de 50% a 67% anual. Semejante sacudón afectó negativamente las expectativas económicas (inflación, dólar y tasa).”
Por eso, el gran interrogante es si la nueva volatilidad corta los brotes verdes que ilusionan al Gobierno, o si serán solo una demora en una recuperación que podría reforzarse con el impacto de la cosecha. Los primeros datos de marzo, de hecho, acrecientan las dudas: la recaudación cayó en términos reales, y el patentamiento de autos y de motos se retrajo respecto de febrero, además de caer contra marzo pasado.
Pero atención: hay quienes creen que los datos de reactivación intermensual pueden ser engañosos. Como el economista Esteban Kiper, que advirtió en su cuenta de Twitter: “Si miramos la serie con estacionalidad, se observa que todos los años cae mes versus mes en diciembre, enero y febrero, haciendo piso en este último mes. Este comportamiento se da porque en general es la época de vacaciones y cuando las industrias realizan sus paradas técnicas”. El ex integrante de la Casa de la Moneda durante el kirchnerismo, asegura que “la euforia es una mala lectura de los datos”, y que “en marzo es esperable que siga la misma tendencia recesiva por la altísima inflación acumulada”, aunque avisa que en abril sí podría sentirse una mejora por el impulso de la cosecha récord.
Desde Management & Fit, Matías Carugati, que viene analizando también el día a día de una posible reactivación para medir si la actividad tocó o no fondo, apunta: “Hacia delante se espera una gradual recuperación. Que sea con más o menos fuerza dependerá, entre varios factores, de evitar crisis cambiarias. Los días que faltan hasta que el Tesoro subaste dólares pueden ser largos”.