Terminamos 2013 con luz prendida de alerta roja en los tambos de la Cuenca Oeste de Buenos Aires. En circunstancias en que se suman factores negativos para la producción, entre las que podemos citar:
◆ Una persistente e insidiosa ola de calor que ha agudizado la pérdida de humedad en las capas superiores de los suelos, que se han resecado en forma muy marcada.
◆ Esta misma ola de aire caliente, de acuerdo con lo que nos informa el INTA, ha colocado el ITH (Indice de Temperatura y Humedad) en niveles que provocan un alto estrés, difícil de soportar por las vacas, lo cual se expresa en que se está acentuando la caída de la producción estacional, e incluso se asista a una incipiente mortandad de animales, según han comenzado a reportar varios tambos.
◆ Con este cuadro, es poco probable que se pueda confeccionar la cantidad y calidad de reservas, que sabemos vamos a necesitar en este 2014 para sostener mejores niveles de producción. Seguimos teniendo que asumir mayores costos, en lo inmediato. Y necesitamos crecer para poder mantenernos en el negocio.
◆ Además, si bien los lácteos suben sus precios al consumidor (más allá de perimidos y fracasados esquemas compulsivos de control), la demanda externa tracciona altos niveles de precio, y la acelerada devaluación del peso incrementa la competitividad externa y la capacidad de pago de las industrias; la recomposición del precio de la leche de tambo no alcanza el ritmo que se necesita, y su mejora significativa parece una promesa que, como el horizonte, siempre “está más allá”.
Teniendo en cuenta estos elementos, los tamberos queremos señalar que:
◆ Junto a nuestros equipos de trabajo, estamos en estado de alerta roja.
◆ Somos conscientes de que las industrias están necesitando mucha más leche que la que reciben.
◆ Quisiéramos producir más, para lo que necesitamos precios más acordes con la situación que tenemos que enfrentar, con los mayores costos que tenemos que hacerlo.
◆ Mantenemos nuestro compromiso con el crecimiento, pero estamos claros que eso no será posible, a costa de seguir endeudándonos, descapitalizándonos, o ambas cosas a la vez.
El rol de la industria. Es importante que las industrias compartan con nosotros este diagnóstico, y las medidas para ir encontrando juntos una salida a esta complicada situación. Tenemos que actuar como cadena. Recordando que, a la larga, no le va a ir bien a uno, si le va mal al otro. Las usinas lácteas tienen hoy que hacer su mejor esfuerzo para dar saltos más contundentes en la recuperación del precio. Y también en los plazos de pago, que en un contexto de inflación creciente, es clave que se reduzcan.
Y también es muy importante que el gobierno quite del camino todas las trabas e imposiciones inconducentes sobre la actividad comercial del sector lechero, y desista de implementar nuevas normas restrictivas, que no harían más que trabar y postergar el crecimiento y desarrollo del sector.
Los tamberos estamos en alerta roja, y tenemos demasiados problemas que resolver, como para que nos agreguen más. Ratificamos nuestra voluntad y decisión de salir adelante, pero sólo podremos hacerlo acompañados, trabajando efectivamente como una cadena agroalimentaria moderna, con quienes objetivamente comparten nuestros objetivos.
Si lo logramos, será para bien del sector, y de toda la comunidad.
*Cámara de Productores de Leche Cuenca Oeste de Bs. As.