Con la batalla contra los buitres como telón de fondo, el ministro de Economía, Axel Kicillof, se mimetizó con el kirchnerismo como si fuera un militante de la primera hora, aunque la vieja guardia lo acusa de haber entrado por la ventana. Y como señala el manual del neomilitante, defiende la gestión de Néstor y Cristina con uñas y dientes.
El último capítulo de la pelea por la deuda todavía en default lo llevó a cargar las tintas contra el Citibank esta semana, donde consideró que el banco había violado las normas argentinas y estaba configurando una estafa contra sus clientes. La Comisión Nacional de Valores suspendió preventivamente al banco –que cerró un acuerdo con el fondo buitre NML– a raíz de las acusaciones de Kicillof, pero el caso parece lejos de estar terminado, según confían sus asesores. La estrategia argentina podría ir más allá e incluir un reclamo judicial.
El Gobierno sumó adeptos con el discurso “Patria o Buitres” porque además el ‘default-que-no-es-default’ no representó un cambio de escenario para un país que ya estaba afuera de los mercados internacionales.
Relatonomics. El despligue de este discurso será la regla en este año electoral. Difícilmente se resuelva, según admitió el propio Kicillof. “El próximo Gobierno podrá pagar para sacarse el tema de los buitres de encima”, dijo el miércoles desde el microcine de Economía antes de inaugurar un mural “por la memoria, la verdad y la justicia” en el patio del Ministerio.
Más allá de la pelea buitre, el ministro hoy es el máximo referente económico de La Cámpora, la organización que creó Máximo Kirchner. Y su lealtad se comprobó en las últimas semanas, cuando en medio del foro Emancipación e Igualdad, retomó el slogan del acto con el que debutó Máximo como orador de masas: “Esto es irreversible”, aseguró Kicillof desde el Teatro Cervantes, rodeado de intelectuales de la vieja guardia pero bien custodiado por los jóvenes. En ese escenario también aseguró que no había fin de ciclo, en línea con las banderas de La Cámpora que colgaban del tercer piso, todo bien coordinado.
En su entorno, en tanto, mantienen el hermetismo sobre si tendrá alguna candidatura en las próximas elecciones. “Tengo muchas responsabilidades como pensar en eso”, dijo en radio Metro. Las posibilidades lo sitúan como eventual vice de una fórmula, para marcar el terreno, aunque otros referentes de la agrupación que dirige Máximo también se barajan para ese puesto, como Wado de Pedro, que levantó el perfil como secretario general de la Presidencia. “Axel es un militante político comprometido y cualquier rol que le toque, tomará una decisión en esa línea”, dijo –elusivo– el secretario de Comercio, Augusto Costa, en el programa Casi despiertos.
Desde sus discursos, también anticipó la frase “el candidato es el modelo”, que se vio a la cabeza de una de las columnas en la marcha oficialista el pasado 24 de este mes, el Día de la Memoria.
El ministro tuvo protagonismo hasta en las dos últimas cadenas nacionales, para explicar el esquema de subsidios a pequeños productores de granos y el alcance de los programas de consumo que Cristina presentó esta semana. Un día más tarde, su necesidad de defender el modelo lo llevó a señalar que dar a conocer las cifras de pobreza era estigmatizante y llovieron las críticas. Cuando como director del Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino (Cenda), daba cuenta de que en 2008 había 10 millones de pobres, como publicó ayer PERFIL. El viernes intentó remediar sus dichos, pero optó por señalar que había “una campaña” en su contra.
Kicillof había empezado a politizarse desde mediados del año pasado a las puertas de convertirse en un nuevo ministro del Default –o cesación de pagos, ya que como el bien explica, fue Thomas Griesa quien ordenó no girar los fondos que el Gobierno cumplió en depositar–. En ese momento, llegó con las respuestas a la oposición por las sugerencias como la de Mauricio Macri de pagar lo que reclamaban los buitres. El reclamo de ideas a la oposición desde entonces se convirtió en una constante. “Quiero conocer las ideas nuevas. ¿Van a seguir con Aerolíneas, con YPF, con Precios cuidados?”, cuestionó. Desde que asumió, en tanto, lo hizo dispuesto a “bancar el modelo”, a cambio de que el modelo lo bancara a él y su joven equipo económico con resultados económicos aún modestos.