La fuerte remarcación del precio de los combustibles, que en los últimos 12 meses crecieron en promedio 60%, se replicó en el balance de YPF, el mayor jugador del mercado, con un share superior al 55%. La petrolera conducida por Miguel Galuccio anunció ayer una utilidad neta en 2013 de $ 5.681 millones, 45,6% superior a la del año 2012. El rendimiento del Ebidta –el indicador más seguido por los inversores– fue todavía más alto: aumentó el 62%.
La principal novedad del balance presentado ayer no está asentada en los estados contables de la compañía bajo control estatal, sino que responde al crecimiento de sus depósitos probados de hidrocarburos del orden del 11% (pasaron de 979 a 1.083 millones de barriles de petróleo equivalente) y un índice de reemplazo de reservas que alcanzó el 158%, el más alto de los últimos 14 años. Es decir, la empresa encontró más reservas de las que explotó. Esa ecuación es la que explica el corazón del negocio del oro negro, dado que una petrolera vale más cuánto más depósitos certifica en el subsuelo.
El respaldo del Gobierno es un vector inevitable a la hora de explicar las mayores ganancias de YPF, que representa el 35% del sector de exploración y producción de hidrocarburos. No sólo porque autorizó fuertes subas del precio de las naftas y el gasoil. También porque habilitó vías de financiamiento oficial (como la Anses) y preparó el terreno en la City porteña para que YPF pueda colocar con éxito deuda en pesos por $ 7.600 millones en 2013 (en el exterior, emitió deuda por US$ 650 millones). YPF aumentó el año pasado el 81,1% su inversión, a los $ 29.848 millones.