ECONOMIA
Paro rural, impasse

Las demandas urgentes del campo podrían chocarse contra la lentitud del Gobierno en la reunión de hoy

Varios sectores exigen soluciones ya, pero el diálogo será lento y ríspido. Cómo seguirá el conflicto.

0411cristinacampo2468
| Cedoc

Los dirigentes de las cuatro entidades del campo ingresarán hoy a la Casa Rosada con una carpeta llena de reclamos y, sobre todo, con la intención de colar la suspensión de las retenciones móviles en la agenda de discusión. Sin embargo, desde el gobierno ya adelantaron que no se hablará del tema que detonó el paro rural que durante 21 días jaqueó el país.

Lo cierto es que mientras los tiempos de diálogo del gobierno se dilatan, las urgencias del campo apremian y el periodo de tregua lleva 12 días, en los que se ha avanzado poco y nada. En su último discurso, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner defendió la política recaudatoria y se deslindó del tema, derivando la discusión a Alberto Fernández.

Mientras tanto, varios sectores se encuentran en una situación delicada. Y los tres más frágiles forman parte de la canasta básica: la carne, la leche y el trigo. La carne atraviesa hoy una paradoja: la cantidad de hembras que se enviaron a los mataderos supera a los machos. De lo faenado en febrero, un 51% eran vacas, cuando lo ideal sería que no supere el 45%. En la Argentina, esta es la primera vez en la historia que algo así se produce: un logro inédito que la gestión kirchnerista preferiría no apadrinar.

La producción de leche, que en 2007 descendió 9%, agravó su caída en el primer trimestre del año y uno de los reclamos de los ruralistas es la creación del instituto de Promoción de Lechería Argentina (IPLA), cuyo objetivo será fijar mensualmente un precio mínimo para el litro de leche entregado al tambo, atribución que hoy se arroga Guillermo Moreno, un funcionario que el campo no puede digerir.

El trigo vive una realidad similar. El periodo de siembra comienza pronto y las estimaciones marcan que el área sembrada caerá, por lo menos, un 5%. Este panorama desalentador se complementa con la suspensión de las exportaciones, por las cuales los precios pagados al productores son inferiores a los que deberían pagarse.

La tregua de los ruralistas se acorta, está en el duodécimo día y lo único que hay, hasta el momento, son promesas de diálogo, algo que contiene a las bases, pero no las conforma. La reunión de hoy será clave para ver cómo sigue el conflicto, mientras tanto, el campo sigue perdiendo productividad y ganancias y el Gobierno demostrando su incapacidad para aceptar el disenso.