ECONOMIA
ANLISIS

Las enseñanzas de Phelps

Los cambios que introdujo el nuevo Nobel de Economía en política monetaria. Relación entre inflación y espectativas. La experiencia argentina.

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A través de sus trabajos sobre los equilibrios entre la inflación y el desempleo y entre el consumo y el ahorro en el presente y en el futuro, el flamante Premio Nobel de Economía, Edmund Phelps, desafió la visión convencional. Del análisis dinámico de los contrapuntos que muestran estas variables se desprende su principal contribución. Al estudiar como un problema intertemporal la convivencia entre factores que, en algún punto confrontan, sus aportes nos llevaron directamente a la frontera de la investigación macroeconómica actual, mejorando nuestra comprensión sobre los efectos de corto y largo plazo de la política económica en general y de la política monetaria en particular.

Hasta la década del ´70, la visión convencional dentro de la economía sostenía la existencia de una relación inversa entre inflación y desempleo. El desempleo bajaba cuando la inflación subía. La teoría fue bautizada por los economistas como "curva de Phillips". Con este concepto, políticas fiscales y monetarias expansivas podían reducir la tasa de desempleo, pero esto se lograba a costa de convivir con una mayor inflación. Más aún, se suponía que esta relación no cambiaba en el tiempo.

Phelps nos enseñó que existía otra dimensión. Fue un pionero en indicarnos que debíamos dejar de mirar la foto, para concentrarnos en la película. Y fue más allá: él fue quien nos mostró que la dinámica no sólo existe sino que también puede ser modelada. Hizo punta en concebir los problemas macroeconómicos tradicionales a partir de los sustentos que brinda la teoría microeconómica; es decir, incorporando la importancia crucial de las expectativas, los dilemas de optimización en el tiempo de las familias y de las empresas, contemplar las fallas de mercado y las asimetrías de información.

Al respecto, su innovación más popular fue sostener que la inflación no depende solamente de la tasa de desempleo, sino también de las expectativas. La explicación de este componente supone que los precios y los salarios varían de manera poco frecuente, por ello, al momento de tomar sus decisiones de producción y empleo, las empresas y los trabajadores elaboran estimaciones sobre el comportamiento futuro de los precios y salarios propios y de la economía en general. En este proceso, la inflación futura es anticipada plenamente y, en consecuencia, se ajustan los precios y salarios en igual proporción, pero no se producen cambios en la producción y el empleo de la economía.

Como consecuencia directa de esta innovación, la relación inversa entre inflación y desempleo en el largo plazo quedó sepultada. En este sentido, la contribución de Phelps establece un claro límite a las ambiciones de la política monetaria en comparación con el enfoque previo donde existía la posibilidad de buscar un aumento permanente del empleo con una política monetaria expansiva. Esta situación llevó a los bancos centrales a brindar mayor atención al objetivo de estabilidad de precios y a la estabilidad del ciclo económico.

Si bien este aporte mostró los límites, fue Phelps también quien remarcó el poder estabilizador de la política monetaria, analizándola desde un prisma que tiene en cuenta las imperfecciones de mercado, los problemas de información y de aprendizaje que sufre el sector privado en el proceso de formación de expectativas. Así, aún en un modelo con expectativas racionales, si existe algún grado de rigidez de precios y salarios, la política monetaria posee la capacidad de minimizar la volatilidad de la economía ante shocks inesperados. Dada la posibilidad de anticiparse que tienen los bancos centrales, se puede disminuir la volatilidad de la inflación y reducir los efectos de las perturbaciones sobre la producción (y evitar la existencia de recursos ociosos en la economía). Por ejemplo, amortiguar una recesión frente a un shock negativo.

Por supuesto creo que, como con toda lección teórica, debemos ser cuidadosos a la hora de transferirla al campo en el que nos movemos los hacedores de política monetaria en economías emergentes como las nuestras. Y justamente es en una mirada transversal a lo largo de toda la obra de Phelps donde encontramos la clave para tener éxito en la implementación de toda política monetaria y esta es combinar el gradualismo, la persistencia y el pragmatismo.

En nuestro país, el Banco Central está comprometido con el objetivo de estabilidad de precios, en un marco donde los fenomenales cambios estructurales que ha experimentado nuestra economía en los últimos años hacen que los rezagos con que opera la política monetaria se extiendan y los mecanismos de transmisión sean más difusos. El diseño del programa monetario de este año así lo demuestra: se pasó de una meta de base monetaria a una meta sobre un agregado más amplio, que incluye depósitos en cuenta corriente y de caja de ahorro, además de los billetes en poder del público, y tiene una mayor relación con la inflación en el largo plazo. Se definió una tasa de crecimiento de este agregado que no exceda el aumento del producto bruto nominal como sí lo hizo en el período 2003-2004. En este sentido, el cumplimiento sistemático del Programa Monetario ciertamente contribuye a la consolidación de la sostenida disminución en las expectativas de inflación.

* Presidente del Banco Central de la República Argentina