La mayoría de los elogios de la presidenta durante su campaña se dirigieron al sector empresario rafaelino, una comunidad de características muy particulares. Y aunque numerosos medios argentinos dedicaron artículos, comentarios y entrevistas a elogiar este modelo ejemplar, pocos han dedicado alguna línea a la grave alerta lanzada hace algunas semanas, cuando la crisis financiera puso en jaque a los mercados internacionales, y algunos coletazos de la crisis comenzaron a sentirse en el país. Esto, sumado a la crisis del agro y la incertidumbre, se convirtió en un tema de gran preocupación para los empresarios.
El detonante de la alarma fue contundente: 250 despidos en una semana, entre el 28 de octubre y el 7 de noviembre. Esto se produjo mientras crecían las alertas mediáticas por la crisis financiera internacional, y el contexto adverso, la recesión comercial y la masa inusitada de despidos, movió al Centro Comercial e Industrial (CCI) a reunir al Consejo Asesor Permanente, que funciona bajo la órbita del ministerio de Trabajo santafesino y nuclea a la CGT, el CCI, y el Estado provincial. Así, trabajadores, gobierno y empresarios activaron el “procedimiento de crisis”, ante un balance preocupante por la situación general.
Mientras la CGT optó por organizar dos marchas de trabajadores frente al Palacio Municipal para repudiar los despidos, el CCI realizó un estudio de campo durante esa semana, que abarca a más de 4400 trabajadores, para diagnosticar el impacto de la crisis en la ciudad. “No creemos que esta situación desfavorable sea una verdadera recesión, pero sí existe una crisis de confianza”, explica a Perfil.com Natalia Aquilino, gerenta del CCI, supervisora del estudio, quien brindó a este medio los datos del informe que indican que el 73,33 % de los empresarios locales frenaron sus compras, el 75 detuvo las inversiones y sólo el 35 advirtió una mejora en sus exportaciones, mientras que la sustitución de importaciones creció, según lo que percibió el 64,29 % de los empresarios.
Asimismo, un 46% eliminó las horas extras de sus empelados, y el 25 de los que no lo realizaron, planea hacerlo próximamente. La contratación de personal temporario también fue recortada por el 57,14 de las firmas, y el 78,57 analiza implementar un plan preventivo de crisis.
Sin embargo, el mismo documento baja el tono a la alarma acerca de las cesantías, revelando que sólo el 38 % de los 250 despedidos pertenecen al sector comercial e industrial, y de este porcentaje –que suman 86 trabajadores- 36 empleados corresponden a la misma firma.
Así, a pesar de que la industria no sufrió un verdadero golpe de gracia durante esta crisis, lo cierto es que la alarma está encendida y los industriales rafaelinos, aquellos que construyeron “un modelo de empresa, de un modelo de sociedad, de un modelo de país” según las palabras de campaña de Cristina Fernández, hoy deben poner un freno a las inversiones, bajar al mínimo las compras, cancelar las contrataciones y las horas extras, y esperar en silencio a que la coyuntura mejore.
“De todos modos, las proyecciones para el año que viene siguen hablando de crecimiento”, destaca Aquilino, bajándole el tono a la alarma. “Hablé con el ministro de Trabajo hace pocos días y me dijo que ya se reubicaron 27 metalúrgicos de los 50 despedidos. Es importante destacar que en la ciudad se trabaja mucho en la articulación público-privada y la generación de consensos con los trabajadores. Entonces apenas detectamos que había cesantías, nos reunimos con la CGT y el Gobierno y analizamos la coyuntura juntos”. Este Consejo Asesor volverá a reunirse el 18 de diciembre, donde participará activamente los funcionarios de la gestión del Gobernador Hermes Binner, mostrándose profundamente preocupados por la situación local.
“Nosotros entendemos que este freno en el consumo es más por la expectativa de la gente que por una crisis real –opina Aquilino-, pero el mensaje tiene que ser no frenar el consumo, porque eso es lo que para la economía. Es una cadena que se alimenta negativamente. En mi análisis, ésta es una crisis de confianza: si uno cree que las cosas van a ir bien, entonces el consumo no se afecta. Si uno cree que van a ir mal, entonces la economía se frena”, concluyó la gerente de la gremial empresaria.
Una economía real frenada, un sector empresario en alerta, trabajadores protestando frente al Municipio, y una fuerte crisis agropecuaria, es el saldo de un año de políticas erróneas que impactaron negativamente, deprimiendo la economía de la ciudad modelo de la Presidenta, que tuvo un gran peso mediático en los momentos decisivos de su campaña, pero que hoy pasa una Navidad signada por la recesión y el olvido del Gobierno que ella misma conduce.
(*)Especial para Perfil.com