LG estudia instalar una fábrica de celulares en la Argentina. Es con el objetivo de alimentar el creciente mercado interno de teléfonos móviles que se calcula alcanzará los 29,4 millones de equipos para fin de año, según el Indec.
Durante la prestación de su nueva línea de móviles "Black Series" realizada en Brasil, fuentes de la compañía confirmaron a Diario Perfil que varios ejecutivos de la empresa de capitales coreanos llegan regularmente a la Argentina para evaluar los beneficios que representaría una factoría local, aunque aclararon que todavía se desconoce con claridad la fecha de su posible puesta en marcha.
Gracias a los beneficios fiscales de Tierra del Fuego y el ahorro en fletes, la compañía podría reducir entre un 15% y un 20% el precio de los equipos propulsando la venta de sus teléfonos.
Ocurre que el mercado de telefonía celular está que arde y no cesa de registrar signos favorables tanto para los fabricantes como para los operadores (Movistar, CTI y Personal) que saben que seguirá con el impulso positivo durante todo el año que viene.
Por otro lado, desde LG explicaron que la instalación de la plata no representaría una "gran inversión" debido a que ya cuentan con una planta que produce TVs de Plasma y LCD en el sur, por lo que sólo deberían agregar una nueva línea de producción destinada sólo a celulares.
La intención de la compañía es acompañar el crecimiento del mercado con modelos que apunten tanto al sector bajo, medio o alto. Y así poder crecer a la par del sector: según datos propios, calculan que cerrarán el año con 700.000 unidades vendidas, en comparación con las 150 mil del 2005.
Sin embargo, aclararon que la fábrica no tendría el mismo nivel de producción que posee la actual planta de San Pablo que integra unos 500 mil equipos por mes.
Tampoco podrían fabricar una unidad "desde cero" como sucede hoy en Brasil. Pero sí sería suficiente para elaborar los equipos con la tecnología que "más se demandará en 2007".
En este sentido, Marcelo Palazzo, director de ventas de LG, aclaró que hoy vivimos "una guerra de precios impulsada por las telefónicas para vender más unidades y generar más clientes", pero subrayó que el año que viene cambiará la estrategia: "La batalla final va a estar en los teléfonos con cámara, con capacidades multimedia y que puedan mandar datos". Se debe a que las operadoras necesitarán unidades baratas y con más funciones para vender más servicios y así ganar más dinero con los clientes que ya tienen.