La desregulación comercial dispuesta en agosto de 2012 permitió realizar ensayos en 87 campos de productores del norte argentino para probar las propiedades de la nueva soja de genes apilados que Monsanto –con una marca propia y licenciada a otros dos semilleros líderes– comenzaría a comercializar para la siembra de la próxima campaña, a partir de agosto, siempre y cuando China, el principal comprador de la soja argentina, apruebe este evento transgénico.
Mayor rendimiento, control más efectivo de insectos y malezas y simplicidad operativa son los atributos que Monsanto destaca de su nueva soja Intacta RR2 Pro, cuyo primer objetivo comercial para la próxima campaña es colocarla en el Norte Grande Argentino.
La Estancia Buenaventura, ubicada en una de las comarcas agrícolas más desarrolladas de Salta, fue la elegida por la empresa para mostrar uno de los ensayos del programa Embajadores, que sembró lotes demostrativos de Intacta, junto con testigos de soja RR1, en similares condiciones de siembra y aplicación de insecticidas de manera de comparar los beneficios de la nueva variedad con lotes reales.
Al apreciar este ensayo realizado en 12 hectáreas sorprende ver dos cultivos bien distintos en cuanto a su presentación, verdor y presencia de insectos desfoliadores, cuya actividad es –respectivamente– abundante en los lotes testigo y prácticamente inexistente en aquellos sembrados con la variedad de genes apilados próxima a lanzarse.
La diferencia del follaje de uno y otro lotes es elocuente: un verde intenso y pleno de hojas sanas y completas versus otro mucho más apagado y opaco, deteriorado por hojas perforadas por acción de los lepidópteros, que más allá de las aplicaciones de insecticidas hacen de las suyas en el cultivo tradicional.
“Nos parece que el impacto de Intacta es el mayor rendimiento. El control de lepidópteros colabora con ese objetivo, pero intrínsecamente el gen RR2Y inserto en la semilla de soja trae mayor rendimiento”, sostuvo Rafael Cavanagh, gerente comercial de Soja para Latinoamérica Sur, quien aclara que aún no hay datos de la Argentina –que surgirán al cabo de estos ensayos– pero que en Estados Unidos ese incremento oscila entre 7 y 11%: “Esperamos superarlo en la Argentina y ésa es la expectativa que también tienen los obtentores” –destaca–, refiriéndose a Don Mario y Nidera, dos de las tres empresas que aportarán el germoplasma que llevará el gen de Monsanto.
Orugas y gatas peludas en la mira
Más allá de su mayor potencial de rendimiento, la nueva soja Intacta RR2 Pro de Monsanto, diseñada por la empresa en Estados Unidos especialmente para Sudamérica, controla una serie de insectos lepidópteros que se clasifican en plagas primarias y secundarias.
Entre las primeras se consideran Rachiplusia nu –oruga medidora–, Pseudoplusia includens –falsa medidora–, Anticarsia gemmatalis –oruga de las leguminosas– y Aporema –barrenador del brote–, plaga ésta muy presente en el Norte y que años atrás también atacaba cultivos de la Pampa Húmeda. “Tanto en Chaco como en Salta, en la campaña pasada la oruga falsa medidora trajo grandes problemas a los agricultores no sólo por el ataque de esta plaga, sino porque los productos de volteo existentes no resultaron efectivos, con lo cual debieron recurrir a los inhibidores de crecimiento que actúan contra la quitina, productos caros y de poca disponibilidad en el mercado, lo cual complicó, y mucho, el desarrollo del cultivo”, comentó Ignacio Costa, del Departamento de Desarrollo de Tecnología de Monsanto, a cargo de los ensayos en el norte argentino y Paraguay.
Las plagas secundarias son: Helicoverpa gelotopeon –oruga bolillera–, especie de gran presencia en cultivos de garbanzo en el Norte, donde continúa su ciclo y –en años secos, como en la actual campaña– pasa a la soja, especialmente en lotes con estrés hídrico, en los primeros estadios del cultivos; Spilosoma virginica –gata peluda– y Colias lesbia –isoca de la alfalfa–.
