ECONOMIA
a menos de siete meses de las elecciones

Los nubarrones que amenazan la recuperación económica en 2021

Nuevas restricciones a la circulación por la pandemia, una disparada del dólar, la suba de la inflación y del riesgo país amenazan la reactivación.

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Industria. El ministro Matías Kulfas visitó en marzo una planta de Mirgor en Tierra del Fuego. | cedoc

La recuperación de la economía después de la caída del 10% el año pasado comienza a presentar nubarrones de tormenta que el gabinete económico está evaluando y que llevaría en las próximas semanas a tomar algunas medidas que tiendan a mantener el ritmo de actividad, pese a la escalada de la pandemia.

Los números muestran que el nivel de actividad económica comenzó una fuerte recuperación desde julio de 2020 en adelante y en enero de 2021 la economía mostró una mejora mensual del 1,9%, aunque aún un 2% por debajo en la comparación interanual.

Si bien ahora viene el segundo trimestre donde la base de comparación será la más baja de la serie histórica, ya que la caída de actividad en ese período de 2020 había llegado al 19% producto de la estricta cuarentena que se tuvo que decretar para hacer frente a la expansión del covid, el ritmo de recuperación podría verse afectado por “varios nubarrones” que aún no se han conformado como un frente de tormenta, pero que encienden las luces de alerta.

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Pandemia. Frente al notable crecimiento de casos de coronavirus de las últimas horas, es factible pensar que habrá más restricciones a la circulación, lo que sin dudas tendrá nuevamente un impacto en la actividad económica, pero sin llegar a la magnitud de 2020.

Inflación. La inflación está claramente en un ritmo ascendente, con un primer trimestre que cerró en alrededor de 12% y un segundo trimestre que seguiría con un ritmo de aumento de precios muy fuerte. Tal como se observa el panorama actual, esta escalada inflacionaria continúa debilitando el poder adquisitivo del salario.

Precisamente, en las últimas horas las cifras del Indec dan cuenta que los salarios a nivel general en enero mostraron una suba del 29,6% en 12 meses, contra una inflación acumulada en el período de un 40%.

Mercado cambiario. El tipo de cambio se ha estabilizado en los últimos cinco meses, con un fuerte descenso de la brecha, que coincide con el momento de fuerte liquidación de divisas por parte de sectores exportadores.

Este período de importante ingreso de divisas continuará en abril y mayo, pero a partir de mitad de año se reducirá notablemente, lo que podría provocar un importante rebote del valor del dólar y obligaría al Gobierno a redoblar los esfuerzos para evitar que esa suba impacte en la inflación.

Incertidumbre y riesgo. La prolongada negociación con el FMI para un nuevo acuerdo por los 44 mil millones de dólares de endeudamiento tomado por el gobierno anterior y las idas y vueltas del Ejecutivo en este tema han generado una gran incertidumbre y desconfianza de los inversores. Eso se ha traducido en otro aumento del riesgo país, que cerró marzo rozando los 1.600 puntos básicos.

Eso implica un notable encarecimiento del financiamiento privado en la Argentina, tanto para empresas como para particulares. Y precisamente, la falta de crédito implica dificultades para la inversión y para sostener el ritmo de recuperación de la economía.

Ruido electoral. Siempre en la Argentina los años electorales generan “mucho ruido y complicaciones” en la economía. Las próximas elecciones parlamentarias tienen el condimento además de darse en el medio de una pandemia cuyo evolución es una verdadera incógnita. Todo este “ruido” genera siempre freno de inversiones y la actitud de “esperar y ver qué pasa”.

Varios aspectos de esta agenda fueron analizados en la última reunión de gabinete económico que se realizó en vísperas de Pascuas y allí, según fuentes de Casa de Gobierno, el ministro de Economía, Martín Guzmán, insistió con la necesidad de adoptar algunas medidas que aseguren el ritmo de recuperación, pese a la evolución de la pandemia.

El encuentro se concretó horas antes de conocerse oficialmente el alarmante aumento de la pobreza al 42 por ciento durante el segundo semestre de 2020.

Por eso, según las mismas fuentes, no se descartaría la implementación de un segundo programa de ATP, aquel que asistió a empresas el año pasado para pagar parte de los sueldos de los trabajadores ante la extensa cuarentena.

Sin embargo, en caso de implementarse, el alcance en este año sería mucho más acotado, porque implicaría otra fuerte emisión monetaria, en momento donde la inflación está aumentando.

También se resolvió lanzar después de Semana Santa un plan de incentivo a las exportaciones. Según comentaron en Casa de Gobierno, el objetivo será “aumentar la previsibilidad” de la inversión extranjera directa, o de la nacional financiada con crédito externo, con el propósito de incrementar las exportaciones, crear empleo, fortalecer la competitividad de los diversos sectores económicos y fomentar un crecimiento económico sustentable y  equitativo”.