La odisea de ser celíaco y vivir en la Argentina no cesa y se complejiza cada vez más. No existe una ley que los proteja. Padecen sus males sin la necesaria ayuda estatal. Y para colmo, la enfermedad -que padecen 400 mil argentinos aunque lo sepan sólo 25 mil- es cada vez más cara. Según un relevamiento de Perfil.com, gastan un 25% más que hace un año para su dieta libre de gluten.
En agosto de 2008, este diario realizó un relevamiento sobre 15 productos de consumo habitual de una familia con dos integrantes celíacos, un adulto y un niño. El costo total sumaba en ese momento $134,13. Doce meses después, los mismos productos comprados por la misma familia al mismo proveedor, suman $166,30.
Aunque la medición no tenga rigor científico, la composición de la canasta de alimentos se mantuvo constante, por lo que constituye un caso testigo para ejemplificar la "inflación celíaca". Por ejemplo: Un paquete de fideos marca Blue Patna que el año pasado costaba $9,50, hoy cuesta $14; la fécula de mandioca marca Kapac aumentó casi $7 y las galletas de arroz marca Cerealitas cuestan $3 más que antes.
"La situación es muy complicada. Cada vez compro menos por la misma plata. Y el problema es que nosotros no tenemos la opción de elegir algo más barato, nuestras alternativas son reducidas", cuenta Mirtha Fernández, miembro del grupo promotor de la Ley Celíaca.
Desde ACELA (Asistencia al Celíaco de la Argentina) sostienen que el aumento de los precios "los padecemos como todo el mundo, pero con el agregado de que las harinas que consumimos nosotros -de arroz, garbanzo, fécula de maíz y de mandioca- fueron siempre más caras". Como solución, la institución aconseja a los celíacos que preparen su propia comida utilizando las harinas permitidas: "Enseñamos a cocinar porque al hacer las cosas en casa se reducen bastante los costos".
Constanza Maceroni, mamá de Emilia y Eugenia, celíacas, recurrió a esa opción: "El aumento de precios se siente en la mayoria de los productos. En mi caso, para ahorrar, trato de hacer las cosas que antes por lo general compraba hechas, por ejemplo el pan rallado y las galletitas".
El presidente de la Cámara Argentina de Productores de Alimentos Libres de Gluten (CAPALIGU), Nicolás Aldo Ripari, aseguró a Perfil.com que " es difícil mantener los costos". "Las causa, a la vista de todos, son el aumento de sueldos y de los gastos fijos: luz, gas y materias primas. Sin embargo, lo que se ha aumentado es un porcentaje muy bajo. Uno como productor -Ripari es dueño de la marca de productos específicos Kapac- va achicando más el beneficio propio en pos de no elevar los precios".
Según Ripari "la solución" sería que los trámites que deben hacer las marcas de productos específicos libres de gluten ante la Municipalidad, el ministerio de Salud; el pago de los impuestos y los costos de los registros, "sean más accesibles o sin cargo para que baje el costo hacia el consumidor final".
(*) Redactora de Perfil.com.