En medio del apagón estadístico del Gobierno, las estimaciones privadas de pérdida de empleo van de los 60 mil a los 140 mil puestos de trabajo. Pero algunos sectores se mantienen como excepción y mantienen incluso sus problemas para satisfacer la demanda, como el sector de tecnologías de la información (IT), donde no se llegan a cubrir las vacantes y la rotación es alta.
“No vemos una destrucción masiva de empleo, sino que se dieron situaciones de desvinculaciones sectoriales, principalmente en empresas de petróleo y sus servicios vinculados, construcción y algunas automotrices”, explicó Matías Ghidini, gerente general de la consultora de recursos humanos Ghidini Rodil.
“En IT no se llegan a cubrir las vacantes. En el resto de los sectores, predomina una situación de oportunidades de nicho, específicas, con una mirada de prudente optimismo; lo que redunda en un mercado con movimiento, impulsado por laboratorios y ciertas empresas del agro y consumo masivo”, detalló el especialista.
Por su parte, Patricio Dewey, director comercial de Adecco, señaló que “en tercerización y trabajo eventual hay una baja del 5 al 8% en este momento contra el mismo período del año anterior. Esto se da apalancado en las medidas del primer semestre”. En el caso de empleo permanente, la consultora cuenta con una suba del 15%, aunque aclara que incluye la mejora de su performance. “El 75% de la caída afecta al sector industrial mientras que las subas se dan más en los sectores de servicios”, agregó.
“Pese a la caída general del mercado laboral, hay sectores donde la falta de oferta de mano de obra se sigue sintiendo, como los oficios para la industria, los ingenieros, que se suman a la alta demanda del sector de IT”, detalló Dewey, que coincidió en que “dentro de los más demandados están los perfiles de tecnología, donde el 33% está orientado a desarrolladores y el 22% a programadores”. Al sector de tecnología se suman ventas y marketing y en la apertura por industrias, según un relevamiento de Fernando Garabato, socio de Finanzas Corporativas, de BDO Argentina, los rubros con mayor potencial son los vinculados a energía, agro, telecomunicaciones, minería y logística y transporte.
Para Adecco, si bien priman los sectores de alta rotación este año, para 2017 las perspectivas de los sectores más demandados vuelven a incluir a la industria, ventas y marketing, comunicaciones y backoffice. “Las empresas están expectantes. En muchos casos tienen una necesidad de cubrir un puesto pero ralentizan la toma de decisiones. No tienen apuro por una definición”, detalló para definir el momento actual de expectativa de la promesa de recuperación económica en un segundo semestre que cada vez dilata más su llegada.
“La Argentina es nuevamente competitiva para los proyectos de tecnología y hay empresas armando hubs para centros de servicios compartidos”, explicó Dewey sobre un sector que se nutre de los estándares de educación local y usos horarios acordes a la operación con Estados Unidos y Europa.
“En los años anteriores las empresas no se stockearon de talentos, solamente se cubrieron algunas posiciones. El cambio de gobierno y promesa de mejora económica dejó optimismo en sectores como el agro, donde hay algunos pequeños gestos de que van a empezar a buscar”, explicó Ghidini. De acuerdo con el relevamiento de BDO sobre cien líderes empresarios, el 50% estimó que la dotación de personal quedará igual este año mientras que un 22% prevé que aumentará algo. Del otro lado, el 24% cree que bajará algo el nivel de empleo. En cuanto a recuperación de la actividad, las empresas marcan que podría haber un aumento en el uso de capacidad instalada del 37% mientras que el 20% estima que caerá. La mayoría –el 40%– prevé que seguirá igual. A la hora de evaluar los aumentos salariales, el 62% estimó que estarán en torno al 30%, en línea con la inflación estimada por la mayoría de los ejecutivos.
Trabajo en blanco para el ‘blanqueo’
Economistas de distintos sectores coincidieron en que es necesario mejorar la participación de los aportantes activos al sistema de jubilaciones para que sea sustentable. Hoy la relación de trabajadores que aportan al sistema y beneficiarios es de 1,5, lo que plantea un límite para cumplir además con la pensión universal.
“Después de la moratoria hay una relación activos/pasivos en torno a 1,5, aunque cuando se toma únicamente a los empleados en relación de dependencia y se deja a un lado a los monotributistas, autónomos y empleadas de casa de familia, con aportes que se ubican bien por debajo de cualquier ejercicio de sustentabilidad, esta relación se derrite a niveles apenas encima de 1”, detalló Marina Dal Poggetto, de la consulora de Miguel Bein.
Sobre este punto, el ex titular de Anses Diego Bossio, hoy diputado por el justicialismo, sostuvo que con una baja del empleo en negro –que el kirchnerismo dejó en 34% y se estima que podría haber crecido en los primeros meses de Cambiemos– podría mejorar la relación de aportantes y pasivos a 2,5, para lo que es necesario incorporar 4 millones de trabajadores en negro al sistema. En ese contexto, este año la Anses cerrará con un déficit de alreadedor del 2% del PBI.