De a poco, la Avenida Alvear va perdiendo su distinción. Sus cuadras, que supieron albergar a las marcas más selectas de la moda internacional, son hoy la pasarela por la que desfila el desánimo de las grandes compañías ante las restricciones para el ingreso de sus productos al mercado nacional.
Como ocurriera con firmas como Escada, Yves Saint Laurent, Ermenegildo Zegna, Calvin Klein, Emporio Armani y Cartier, la francesa Louis Vuitton se cansó de la incertidumbre y tomó una decisión radical: se va del país.
La preferida de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner -y de una variada lista de famosos, que va desde el juez Oyarbide hasta Silvia D'Auro- cerrará, a comienzos de octubre, el único local que mantiene en el país, ubicado en la esquina de Alvear y Ayacucho. Cartier lo hará a fin de ese mismo mes.
De acuerdo con información publicada en el diario La Nación, la empresa “interrumpe sus actividades comerciales hasta el regreso de un período más favorable en el país", aunque prevé abrir otro local en Punta del Este. La decisión partió del grupo LVMH, frente a la política nacional de restringir importaciones.