Las restricciones sobre el dólar y el desaliento al consumo en el exterior, dos de las razones de la protesta del último jueves en todo el país, alimentarán otro motivo de queja en los argentinos que ya planean sus vacaciones. Cuando piensen en destinos locales, se encontrarán con aumentos de precios que por los menos los harán sentir en el Primer Mundo: en algunos casos, descansar en la Argentina ya es más caro (sin contar los pasajes)que hacerlo en lugares top como Italia, Francia o el Caribe.
Las últimas medidas del Gobierno, que retacea divisas para los viajeros y cobra 15% de anticipo de Ganancias o Bienes Personales para las compras con tarjetas de crédito fronteras afuera, anticipan una temporada turística de hoteles repletos en la costa atlántica. La oferta hotelera ya está semicompleta, debido a que la decisión de contratar paquetes turísticos este año se ha anticipado. Más actividad económica, evalúan en la Casa Rosada, y más dinero circulando en el país.
“(Los caceroleros) son gente más preocupada por lo que pasa en Miami que en San Juan”, chicaneó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, 24 horas después del masivo reclamo en distintas provincias. “Preferimos que se queden a veranear en la Argentina”, había dicho en su momento el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, para defender los controles. Hacerle caso implicará un esfuerzo económico mayor al de otros años.
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