El miércoles 14 de diciembre, unos días antes de que termine el Mundial de fútbol en Qatar, el ministro de Economía, Sergio Massa, volverá a enfrentar a la plaza financiera y deberá renovar $ 405.638 millones, que vencen en este mes.
Para ese entonces, el ministro prevé tener al menos tres señales que lo favorezcan: una inflación de noviembre que le dé por debajo del 6%, la aprobación de la revisión del cuarto trimestre por parte del Fondo Monetario Internacional y el ingreso de al menos US$ 1.500 millones del dólar soja 2.
Cuando asumió el Palacio de Hacienda, Massa realizó con éxito un canje por dos billones de pesos que vencían entre ese mes y octubre. Pero en noviembre intentó hacer lo mismo con 1,7 billones que vencían entre ese mes y diciembre, y solo logró una aceptación del 61%, mayormente de bonos que estaban en manos de diversos organismos del Estado.
La refinanciación de los $ 261.769 millones que vencían en la última semana de noviembre se le hizo “muy cuesta arriba”. En la última licitación de ese mes apenas pudo quedarse con $ 219.050 millones de los inversores, mediante la colocación de cinco títulos.
Este exiguo resultado se obtuvo a pesar de que se ofrecían dos bonos atados a la variación del dólar con vencimiento en abril y julio de 2023, es decir, ante de las PASO. Pero los operadores prefirieron los bonos a tasa fija, un 12% pagadero en diciembre, y el restante 63% de lo obtenido, en Letras que no vencen más allá de marzo.
El economista Gabriel Caamaño lo explica: “Parece que en noviembre, a pesar del recurso de la liquidez bancaria, los canjes y las intervenciones del BCRA en mercado secundario, se acabó el financiamiento neto. Se pone lindo el cierre del año, y el dólar soja 2 confirma ser un recurso desesperado para volver a cerrar varios baches”, tuiteó el titular de EcoLedesma.
Más fuerte resultó el comentario de los analistas de Portfolio Personal Inversiones (PPI) quienes no dudaron en decir que “fue la peor licitación de deuda desde el 12 de abril y el mes cierra con una tasa de refinanciación por debajo de 1”.
Incluso los títulos ajustables por dólar “se colocaron +260 y +115 puntos básicos por encima de las tasas que mostraban en el mercado secundario antes del anuncio de las condiciones” y, así y todo, tuvieron escasa adhesión. Para que aceptaran las Letras de Descuento, “las tasas efectivas anuales se ubicaron en 118,3% y 113,3% (89,09 y 88,78% nominales), para marzo y abril, respectivamente”, observaron también desde PPI.
Si el 14 Massa no puede cubrir los vencimiento, habrá una segunda licitación el 28 de diciembre. Sí, el día de los inocentes.
Con una ayudita. Para cerrar las cuentas, hubo una tradicional “segunda rueda” entre los Creadores de Mercado que aportaron algo más de $ 7.642 millones, y otros $ 33.000 millones que le habían quedado en reserva.
Pero lo que también es cierto es que Massa apeló al auxilio de varios gobernadores, que con el superávit fiscal que tienen, invirtieron en estos bonos. Incluso, algunos de los gobernadores que participaron de la licitación salieron a apoyar en público su resultado.
Uno de esos casos fue Mariano Arcioni, gobernador chubutense, quien a través de un comunicado dejó claro que desde su provincia “seguimos trabajando con las oportunidades que nos brinda el plan económico federal y de administración sostenible de la deuda que está llevando adelante Sergio Massa. La previsibilidad nos permite crecer e impulsar las soluciones que esperan las y los argentinos”.
Por su parte, el catamarqueño Raúl Jalil aseguró que “el programa económico del ministro Sergio Massa es sólido y viable para garantizar una deuda razonable del Tesoro nacional y permitirá que cada región de Argentina pueda crecer en forma sostenida y armónica, con variables macroeconómicas ordenadas”.
Y para completar el apoyo de los gobernadores peronistas, el salteño Gustavo Sáenz destacó que “el orden macroeconómico brinda previsibilidad y permite sostener el crecimiento del país y de las provincias”.
Voracidad. La deuda del Estado nacional creció US$ 1.853 millones solamente en octubre, último dato confirmado, para alcanzar los US$ 381.684 millones, mientras que en igual mes de 2021 llegaba a los US$ 346.672 millones.
Según el informe del Ministerio de Economía, la deuda en pesos, que se ajusta por inflación, ascendía en octubre a US$ 49.921 millones, por encima de los US$ 44.000 millones que se le adeudan al Fondo Monetario Internacional (FMI).
Desde comienzo de año, la deuda, tanto en pesos como en dólares, pero nominada en esta última divisa para tener una unidad de cuenta, aumentó US$ 20.995 millones, es decir, algo más de US$ 2.000 millones al mes, de promedio.
Si se la compara con la de diciembre de 2019, último mes que gobernó Mauricio Macri, la deuda del Estado aumentó US$ 61.159 millones o el equivalente a un 19%.
Y todo esto, a pesar del canje de la deuda con el sector privado, cerrado en septiembre de 2020, y la renovación del préstamo por unos US$ 44.800 millones que se hizo con el FMI.
La deuda con el FMI se originó en junio de 2018, cuando el gobierno de Macri se quedó sin financiamiento externo y pidió prestados unos US$ 53.000 millones al FMI para pagarles a los acreedores privados, de los cuales se desembolsaron de manera efectiva unos US$ 45.000 millones.
Massa destacó que cumplirá con la refinanciación de ese pasivo, pactada en marzo de este año. Además, durante noviembre, refinanció con las autoridades del Club de París la deuda con esa institución que alcanza a los US$ 2.000 millones y por la que se pagaba un interés del 9%.
El nuevo acuerdo toma como base el firmado en el 2014, pero extiende el pago en trece cuotas semianuales empezando en diciembre de este año para cancelarla definitivamente en septiembre de 2018.
Se mejora la tasa de interés pasando de pagar el 9% actual el 3,9% en las primeras tres cuotas, y sube paulatinamente al 4,5%, “lo cual es una buena tasa, teniendo en cuenta el contexto internacional”, dijeron fuentes del Palacio de Hacienda.