La compra del Banco Finansur por parte del empresario Cristóbal López, dueño de Casino Club y Grupo Indalo, no está exenta de polémica, pese a que fue aprobada por la Unidad de Información Financiera (UIF), que conduce José Sbatella. Alicia López, presidenta de ese ente, máximo organismo en el combate del lavado dinero, entre 2001 y 2005, advierte que ella no la habría aprobado.
—¿Qué dicen las normas de prevención de lavado sobre la unión de grupos de casinos y bancos?
—No hay una norma que en forma expresa prohíba que un grupo económico de juegos de azar compre un banco, pero es importante destacar que tanto los casinos como las entidades financieras son dos grupos señalados como de alto riesgo por el Grupo de Acción Financiera (GAFI). Al unirse estas dos actividades bajo una misma dirección, el riesgo de que se cometan delitos se potencia. Esto se explica principalmente porque en el mundo son dos actividades usadas para cometer este tipo de delitos.
—¿De qué manera una alianza de este tipo podría potenciar esos riesgos?
—Si pensamos que en un casino una persona entra y compra fichas, luego juega o no y sale del lugar con un cheque o el efectivo de sus ganancias, hayan sido reales o no, también tenemos que pensar que el mayor riesgo es que para blanquear una suma de dinero se necesita de una actividad financiera. Y el mayor riesgo es que se traslade ese dinero negro al sistema financiero.
—¿Qué organismo debería llevar adelante el control de las operaciones del grupo económico?
—El Banco Central, que es el organismo que autorizó la compra y según lo establece la Ley de Entidades Financieras es también responsable por la legalidad de las operaciones. Por tratarse de dos actividades de alto riesgo según numerosos organismos, debería establecer un seguimiento intensivo de las operaciones de ambos.
—¿Si de usted dependiera, hubiera aprobado la compra del Finansur por Cristóbal López?
—No, es de altísimo riesgo. Más allá de estudiar al management, hacer un profundo seguimiento de cada operación y tener garantías del cumplimiento de las normas, es una operación que no está recomendada por ningún organismo internacional.