patricia valli
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunirá el 20 para darle el visto bueno final al acuerdo anunciado ayer por US$ 50 mil millones. A partir de ese momento llegará el primer desembolso, por US$ 15 mil millones, el 30% del total acordado. Unos días después, en agosto, llegará una misión del organismo que tendrá a cargo las revisiones trimestrales que vienen con la firma de un programa con el FMI.
Tras el anuncio del crédito para la Argentina y la actualización de metas de ajuste fiscal y macroeconómicas, el organismo señaló que espera “que se logren los consensos políticos” para que el programa sea aprobado por el Congreso. El acuerdo con el Fondo no será sometido a la aprobación parlamentaria pero marca las bases para el Presupuesto 2019, que tiene que tener aval legislativo.
Así lo señalaron ayer el director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, quien brindó más detalles del acuerdo, acompañado por el especialista en Argentina del organismo, el italiano Roberto Cardarelli, quienes señalaron que el Gobierno se mostró confiado en que podrá llevar adelante los recortes.
Crecimiento. Para Cardarelli, habrá recuperación económica en 2019, de la mano de la mejora del campo y la confianza de los mercados. “Creemos que el ritmo de reducción del déficit es consistente con la recuperación económica. La sequía afectó este año pero tendrá un efecto positivo en 2019. La confianza de los mercados potenciará la inversión y el tipo de cambio hará crecer las exportaciones”, vaticinó Cardarelli. Según las estimaciones, este año la sequía impactó en un punto del crecimiento esperado del PBI.
Al anunciar las nuevas metas de déficit fiscal de 1,3% para el año próximo y la inflación del 17%, Nicolás Dujovne reconoció que para este año hicieron los cálculos con un crecimiento de sólo 0,4% y que para 2019 estimaron 1,5%. De todas formas, hizo la salvedad de que el crecimiento real podría ser de 1,5% en 2018 y hasta un 2,5% en el escenario más optimista de 2019.
“El Gobierno se movió rápido y creó una línea de defensa financiera”, dijo Werner, para quien “la economía argentina está en el camino correcto”.
El acuerdo también incluye nuevas cláusulas, como la posibilidad de incrementar el gasto social si el crecimiento no llega al nivel esperado. Y tanto el Gobierno como el FMI pusieron énfasis en ese punto, como parte de mostrar que “el Fondo cambió”, el mantra que se repite, pese a que las metas anunciadas incluyen baja de gasto en inversión estatal y en salarios.
Rostro humano. “Las metas fiscales pueden ser revisadas en caso de que haya necesidad de aumentar el gasto social”, dijo Werner, que también marcó que “la economía argentina hoy es diferente de la de 2001”.
Además del consenso político, el FMI remarcó que el acuerdo necesita el compromiso de la sociedad. Y el argumento del gasto marca que “de esta forma, la sociedad no tiene que elegir entre construir un puente o proteger a los más pobres”.
Según los analistas del Fondo, la agenda de reformas del Gobierno ya estaba mostrando resultados en la inversión privada.
Loser: “No hay 2001”
El ex director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI afirmó ayer que el acuerdo que la Argentina alcanzó con ese organismo por un crédito de 50 mil millones de dólares “es una buena noticia”.
“El monto es grandísimo y me tomó de sorpresa. Es para dar seguridad a la Argentina”, dijo.
En declaraciones radiales afirmó que se trata de un “voto importante de confianza en el mundo de hoy para la Argentina”, aunque esto “no es un salvavidas”, sino más bien una estrategia en la que el FMI dice “los ayudamos a construir un buen barco para que ustedes sigan adelante”.
El economista aclaró que está bien estar “preocupados” porque el país tiene muchas cosas para resolver y señaló que es posible que más adelante el Gobierno “le eche la culpa al Fondo” por las medidas que vaya a aplicar. “No hay 2001”, agregó.