ECONOMIA

Por la renuncia de Moreno, el Indec se siente huérfano

Con la ida de Colombo, la actividad del ente estadístico quedó debilitada. Galería de fotos

Intervenido. Se redujo la producción estadística, y lo poco que hace el Indec es sospechado.
| Cedoc Perfil

Con el marcador en cero, sin poder mostrar ninguna victoria significativa, derrotado por una obstinada realidad a la que sólo le pudo oponer abusos de poder, bravuconadas y lugares comunes: así se alejó de la función pública Guillermo Moreno, el otrora todopoderoso puntal del kirchnerismo.

Su primera misión lo marcó indeleblemente: distorsionar, como fuera, el índice de inflación medido por el Indec, número que a fines de 2006 y comienzos de 2007 comenzaba a desperezarse peligrosamente. El encargo se lo hizo el presidente Néstor Kirchner, y hay que decir que no pudo haber elegido otro ejecutor. No había forma de falsear las estadísticas públicas de una manera que no fuera brutal.

Como suele suceder en política, forma y fondo son indistinguibles y los modales intimidatorios y la indiferencia ignorante ante las consecuencias de los propios actos, características esenciales de su personalidad, eran condiciones necesarias para semejante tarea. Moreno cumplió con el encargo y con el aval del presidente y de su jefe de Gabinete y principal operador político, el ahora amnistiado por el periodismo argentino Alberto Fernández, pasó a construir su pequeño y efímero reinado de poder, desde la Secretaría de Comercio Interior hasta el Indec, pasando por el Mercado Central, hasta su intento de reflotar la CGE.

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Su sucesión en la secretaría no es necesariamente un asunto relevante. Como sucedió con Perón y la Secretaría de Trabajo, la personalidad fue más importante que el organigrama, y la repartición pública desde donde Moreno impartió prohibiciones, controles y aprietes puede volver al limbo de donde surgió. Las declaraciones de Capitanich revelan que será la Jefatura de Gabinete la protagonista de la misma idea ultracontroladora: “Que se vaya Moreno no significa que esto vaya a ser un viva la pepa”. Pimpi Colombo ya renunció pero la herencia del ex secretario queda reflejada en las centenas de contratos generados en su administración.

El Mercado Central perderá, seguramente, su valor simbólico y retornará al segundo plano en que se desarrolló a lo largo de su existencia previa. Si la esposa de Moreno también viaja a Italia, no se sabe quién la reemplazará en su Centro de Formación Continua de Cocineros Sociales Lupín, creado en el Mercado Central hace un par de meses.

La Confederación General Económica (CGE), que tuvo su época de oro como representante de la “burguesía nacional” durante los gobiernos de Cámpora y Perón, fue reflotada por Moreno apenas como algo más que un sello de goma, a cargo de un personaje tan siniestro y pintoresco como el propio secretario: Ider Peretti.

Las consecuencias de la intervención en el Indec son devastadoras. Buena parte de la producción estadística quedó paralizada; la que quedó en pie es sospechada o descartada. Sigue gobernando el kirchnerismo, un movimiento político al que Moreno representó cabalmente.