Con el precio del real en caída desde hace un par de semanas, a los agentes económicos argentinos les llegó con fuerza el vívido recuerdo de la llegada masiva de los productos tras la devaluación brasileña de 1999, y el temor se instaló. Menos rápido que lo esperado por algunos, pero ante la insistente presión de los empresarios locales , el Gobierno argentino reaccionó con medidas tendientes a evitar una “avalancha” de productos extranjeros, al tiempo que mantiene la reticencia a depreciar el peso.
Sin embargo, aunque es claro que Brasil es uno de los canales más directos que podría tener la crisis financiera mundial para llegar hasta la economía argentina, el camino no sería tanto a través de la devaluación o la invasión e importados, sino más bien por el lado opuesto: por la vía de la caída de la demanda en el gigante sudamericano, sumada a la baja de precios de las commodities.
Al revisar los detalles del comercio bilateral se encuentra que los principales productos que la Argentina le vende a su vecino son los relacionados con el sector automotriz: vehículos particulares y de carga, autopartes y vehículos de transporte masivo. Este sector de las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) representa alrededor del 49% de todo lo que se exporta a Brasil, que en definitiva es el 18% de las exportaciones totales de la Argentina. El resto de las ventas al vecino amazónico las explican los productos químicos, los plásticos y sus manufacturas y, obviamente, las commodities agrícolas. Para el cierre de septiembre, el monto de las exportaciones a nuestro principal socio comercial fue de 1.454 millones de dólares, lo que fue un 26% superior al mes anterior y un 68,38% más que el mismo mes de 2007.
La nota completa en la Revista Fortuna .