Los argentinos tenemos una relación complicada con la industria textil: quienes pueden viajar al exterior suelen preferir abastecerse allí antes que comprar ropa en el país. Tiempo atrás, con un dólar que cotizaba a mucho menos de la mitad de los $28 en los que ronda en la actualidad, muchas personas aprovechaban sus viajes a Miami; Chile u otros destinos turísticos para renovar el vestidor. El motivo: en ambos lugares las prendas eran mucho (pero mucho) más baratas que en Argentina.
La Fundación ProTejer, que representa a los empresarios locales del rubro textil, tiene una explicación original sobre por qué la ropa es tan cara en el país. Con una infografía de una remera, marcaron cómo se compone el precio de una prenda de vestir de marca que se vende en un centro comercial. "A pesar de la idea generalizada de que son los empresarios industriales los culpables del precio de la ropa, la industria sólo representa un 8,5% del precio final de la indumentaria", aseguraron desde la entidad.
Yeal Kim, titular de ProTejer, detalló que de ese precio, el 12,7% responde al valor del alquiler; el 12,2%, a gastos bancarios; el 9%, a la logística y a la comercialización; el 4,8%, a la rentabilidad de la marca; y el 2,5%, a la publicidad y el diseño. "Si nosotros regaláramos nuestro producto, apenas bajaría el 10%. Sigue siendo caro. Con la devaluación la gran mayoría de la ropa argentina, en dólares, no es más cara que en el exterior", señaló el empresario textil coreano en diálogo con La Nación +.
Ante este planteo, Perfil consultó a dos economistas para que expliquen la situación. El director de Focus Market, Damián Di Pace, sostuvo: "Son varios los factores que hacen que vestirnos sea caro en Argentina. La prenda tiene que pagar impuestos elevados en nuestro país, el agregado de valor que implica cada insumo (como un botón, cierre, hilado) tiene el costo alto de la distribución e integración de cada parte en la prenda por la suba de tarifas y nafta, que impacta en la producción o simple distribución de cada uno".
"Hoy por hoy el salario medido en dólares lo licuó la devaluación y durante mucho tiempo competir con los bajos salarios chinos era una desventaja aún mayor a la de hoy. Por su parte, a expensas de la producción, en la comercialización se incluyen todos los costos de servicios y alquiler de un local más el royalty (pago por derechos de autor) por marca y publicidad del fabricante, que es común en cualquier país del mundo", añadió en diálogo telefónico con este portal.
El autor de Economía Pyme completó: "Un mito que se rompió incluso en Argentina es que importando las prendas y compitiendo contra el fabricante local los precios que pagamos por vestirnos serían más bajos. Sin embargo los impuestos también acá son altos. Desde el importador hasta el comercio minorista en el eslabón agregan márgenes y costo".
Miguel Boggiano, economista, dijo a Perfil: "Empecemos por un denominador común: como todos los productos en Argentina, uno paga cada vez que compra algo 50% en impuestos. Esto se ve en la ropa, en la nafta, en los alimentos, en cualquier lado. Cuando uno se pregunta por lo caras que son las cosas, si uno lo compara con otros países, una de las primeras cosas que hay que ver es cuánto tiene de incidencia los impuestos. Los impuestos son enormemente caros en la Argentina porque tenemos un Estado gigante que, aún siendo el país que más impuestos paga del mundo, porque delante tenemos nada más que las Islas Comoras que no las conoce nadie".
"Somos una sociedad que nos tienen ahorcados a los privados para financiar a un Estado que es gigante, el cual fue transformado por los Kirchner (Néstor y Cristina). La crítica a Mauricio Macri es entonces que no se anima, no puede o no sabe cómo desactivar esa bomba. Él tampoco colaboró mucho porque al principio seguía en la luna de Valencia, incluso le metió un poco de gasto y cuando se dio cuenta que tenía que empezar a desinflar fue tarde", opinó.
Y concluyó: "Hay otro componente para analizar que es la logística y acá devuelta esto también es denominador común en muchos productos. La logística en la Argentina es cara porque la nafta es cara, y la nafta es cara porque la mitad son impuestos. El Estado está presente en todas las cosas que nosotros hacemos, nos está mordiendo algo. La ropa es cara de por sí, la logística es cara porque además está el Estado. Como tenemos inflación son caros además todos los costos financieros. El Estado es el problema, no la solución, y como es tan grande no podemos hacer viables un montón de actividades, entre otras la textil".