El aumento de los boletos para colectivos de larga distancia -justificado desde el Gobierno en función de la suba de insumos- no sólo generó una redución en las reservas de pasajes, que bajaron un 30% con respecto a 2007. También provocó las quejas de los pasajeros, para los que cada vez es más difícil viajar.
Perfil.com relevó opiniones en la terminal de ómnibus de Retiro. "Es una estafa porque uno viaja para ver a su familia", dijo uno de los consultados. "Son cosas muy extrañas siendo que el precio del crudo bajó afuera y acá no", reconoció otro. Y una respuesta repetida estuvo en "para el trabajador no hay aumento".