Si bien su reclamo es por lejos el más estentóreo, el agro dista de ser el único sector que sufre por el modelo económico que viene impulsando el kirchnerismo. Y una muestra clara de esto es lo que desde hace unos años viene ocurriendo en el país con las estaciones de servicio, como deja en claro un revelador informe de la nueva edición de la revista especializada Parabrisas.
La investigación, realizada por el periodista Juan Ignacio Bordoli, permite adentrarse con profundidad en el drama que viven día a día los empresarios de ese rubro, debido a un esquema impositivo similar al dispuesto para los productores agrícolas por el que ya han cerrado alrededor de 2.500 bocas de expendio en los últimos años.
La presidenta de la Federación de Expendedores de Combustible de la República Argentina (FECRA), Rosario Sica, expone con crudeza el problema en la nota: "De cada 10 centavos -dice-, se pagan 7 de impuestos; la ecuación refleja que gran parte del aumento de precios -de entre el 3 y 15 por ciento-, aplicado recientemente, va a parar a las arcas de la Nación. Así, el Estado se queda con el 70 por ciento de las ganancias por cada litro de combustible".
Antes, la nota cuenta que "en 2003, con Néstor Kirchner en el poder, las estaciones de servicio totalizaban unos 7.000 puntos de expendio, de los cuales apenas 300 eran propiedad absoluta de los grandes jugadores del mercado (YPF-Repsol,Petrobras, Shell y Esso), y el resto se repartía entre propietarios que cierran contratos de representación para calzarse la bandera de dichas compañías o aquellos que simplemente apuestan a su bandera, identificada con el blan-co del negocio por cuenta propia".
De esas 7.000 estaciones, hoy apenas 4.500 que aún quedan en funcionamiento según la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines de la República Argentina (CECHA). La falta de provisión de combustible debido a la crisis energético es otro fuerte motivo para que ello ocurra según destaca el coordinador de la Federación del Interior de Trabajadores de Estaciones Servicio y Garages de la República Argentina (FITESGRA), Juan Miguel García.
Lo cierto es que, mientras los mayores damnificados siguen siendo los usuarios, que simplemente quieren cargar combustible en su vehículo y a precio accesible, los propietarios reclaman una mayor rentabilidad del negocio y no se cansan de repetir que “el sector atraviesa la peor crisis de su historia”. Una protesta que suena cada vez más fuerte.