ECONOMIA
Efecto "Lzaro" en tiempos de blanqueo de ahorros

Se disparó la venta de cajas fuertes para los hogares

Saltó hasta 50% la demanda de cofres para las familias. Galería de fotos

Pasión. “Cuando veo estas cajas...”, exclama un joven Kirchner en un video difundido hace unos días.
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En el fondo, todos los argentinos comparten algo de la pasión del ex presidente Néstor Kirchner por las bóvedas.

Al menos, consideran clave tener un refugio casero para el dinero en un país con historia de incertidumbre económica. En abril y lo que va de mayo, la venta de cajas fuertes para hogares se disparó hasta 50%.

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Según profesionales del negocio, se conjugaron dos causas: una clásica reacción a que funcionarios hablen de posibles medidas sobre las cajas de seguridad de los bancos; y un efecto contagio luego de las denuncias de corrupción y lavado de dinero en el programa Periodismo Para Todos que conduce Jorge Lanata, donde se habló de presuntos tesoros domésticos en casas de funcionarios nacionales y empresarios afines a la Casa Rosada.

“Estamos vendiendo 12 cajas por día, cuando eran un producto más de nuestra oferta”, cuenta Jorge Aranda, encargado del local de Herrajes Veiga, en Independencia al 300 de esta Capital Federal. La firma, que entre otras tareas realiza mantenimiento en puertas blindadas de la AFIP, debió triplicar su stock de cajas fuertes, que pasó de 100 a 300.

“Ahora tengo que reponer todas las semanas, cuando antes lo hacía cada veinte o treinta días”, añade Aranda, que provee también a distribuidores minoristas del ramo. En promedio, la facturación por este concepto le aumentó 40%.

“El día siguiente del primer programa de Lanata se me llenó el local de gente que quería cajas fuertes para su casa, y muchos eran empleados de bancos”, relata un empresario del rubro en Almagro, con cuarenta años de trayectoria, que pide no ser identificado.

“Estamos notando una gran diferencia respecto del primer trimestre, cuando estuvo todo parado; desde abril se empezó a mover la demanda, la gente compra, y también hay más consultas”, añade Daniel Galeano, gerente de PGV Fichet, empresa que realiza cajas fuertes a medida y es licenciataria de las principales empresas del sector.

“Cada vez que surge un comentario o un rumor sobre cajas de seguridad, se incrementan las ventas”, señala Galeano, que se dedica al negocio desde 1978. El titular de la unidad antilavado, la UIF, José Sbatella, echó leña al fuego la semana pasada, cuando habló del efecto “desestabilizador” de la masa de US$ 40 mil millones que se encuentran fuera del sistema. Tuvo que salir a aclarar que no se tocarían las cajas de seguridad de los bancos.

“Se venden más cajas chicas”, apuntan por su lado en Seguridad Córdoba. “Son compras que una familia hace una vez en mucho tiempo, por lo que su decisión habla de comportamientos de largo plazo”, apuntaron en otra firma de soluciones en seguridad en Rosario.

En promedio, el alza en las ventas ronda el 50%, según cuentan en los locales consultados por PERFIL. Se trata de una mala señal para el Gobierno, que intenta seducir con un perdón impositivo a los ahorristas que tienen dólares no declarados para que los vuelquen a la economía real.

La caja fuerte es la versión real del “colchón” del que hablan los analistas cuando se refieren a los ahorros de los argentinos. En el último año se fueron de los bancos depósitos en dólares por más de US$ 4.800 millones. Sólo la semana pasada, cayeron US$ 16,2 millones por día.

“La última vez que vendí cajas a este ritmo fue en octubre del año pasado, cuando hablaron de escanear las cajas de los bancos”, recuerdan en Herrajes Veiga. Las cajas fuertes que más se llevan son las de 30 centímetros por 20 por 15, con llave, que cuestan desde $ 480 a $ 710 en caso de que tengan código numérico. Y hay un revival de una vieja caja que tiene la apariencia de un enchufe, donde se pueden guardar unos 15 fajos de billetes enrollados, o treinta en la versión con “doble fondo”, que cuesta desde $ 300 pesos.

Hay cajas para empotrar en la pared y otras para abulonar, y se puede pagar hasta $ 3.800 por una caja de 40 por 40, de paredes más espesas, resistentes al fuego. En menor medida, se blindan cuartos y se construyen bóvedas (ver aparte). La mayoría es industria argentina. Las importadas son chinas y son las típicas de las cadenas hoteleras.

En los últimos 12 meses, la búsqueda de la expresión “caja fuerte” a través de Google trepó 79%, según las tendencias que releva Google Trends, con un pico luego de que el ex vicegobernador de Kirchner en Santa Cruz, Eduardo Arnold, contara de la presunta bóveda en la mansión del matrimonio presidencial.

El efecto llegó hasta el último documento de la agrupación de intelectuales oficialistas Carta Abierta, que para defender al Gobierno mencionó cinco veces la palabra “bóveda”, cuatro la expresión “caja fuerte” y una el término “cofre”.