Pase lo que pase con los buitres, la demanda popular cae en picada. Así lo revelan fuentes del sistema financiero que en el sexto mes del año registraron una reducción de hasta un 50% en volumen de créditos al consumo, respecto del mes previo. La menor demanda de préstamos personales y la marcada tendencia a la baja de las líneas de prendarios, explican la retracción en distintas entidades financieras. “Vemos un fuerte cambio de conducta, más cauteloso, por expectativas económicas que no son favorables y las de empleo empiezan a tambalear en algunos sectores”, apuntó un directivo a PERFIL. El tobogán que se inició en febrero se mantiene y preocupa a los directivos que tendrán que reinventar estrategias, una vez agotado el Mundial. Tampoco tienen expectativa alguna de que se revierta en el mediano plazo la situación del sector automotor. Según observan en estos casos, “los préstamos personales se siguen colocando, pero en menor medida que los créditos que se van cancelando, por lo que la tendencia es de una clara caída, mientras que las tarjetas de crédito muestran una resistencia mayor, ya que son la herramienta más utilizada en el día a día”.
En junio, los grandes bancos no observan cambios en la colocación de plazos fijos, mientras que desde mayo empezó a caer este tipo de depósitos en las entidades con más clientes de ingresos medios. “Estimamos que el retiro de depósitos se sigue orientando a completar los gastos del mes y en parte a la compra del llamado dólar ahorro, que requiere la habilitación de la AFIP”.
Si bien en el sector destacan la liquidez del sistema, no dejan de preocuparse por la pérdida de negocios. Para los jugadores más chicos del sistema “estamos confirmando que los topes a las tasas que se cobran en este tipo de líneas, están dejando con menor financiamiento a las familias de menores ingresos, porque si existe un nivel de tasa por un riesgo que no se puede pagar, es un producto que se deja de ofrecer”, resumió otro ejecutivo.