ECONOMIA
seduciendo al capital

SOS inversión: presidenciables buscan dólares urgentes para evitar la crisis

Quien suceda a CFK necesitará un cambio de variables para captar recursos, pero la herencia de escasez de divisas lo obligará a conseguir resultados en poco tiempo. La clave, obra pública, blanqueo y préstamos.

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default | Cedoc

Que con el sólo recambio presidencial van a llegar inversiones es una ilusión que quedó en los papers que propician algunos negocios financieros de corto plazo. Los equipos económicos de los candidatos saben que hay una brecha entre el momento en que les toque asumir, y la llegada de los dólares que pueden reforzar las reservas y aliviar la falta de divisas que afecta toda la producción y explica la restricción a divisas o “cepo”.
“No será mágico”, dice Ricardo Delgado, jefe de los equipos del Frente Renovador. “Tendremos 10 minutos donde el mundo nos va a prestar atención”, asegura. Y allí cualquiera deberá enviar señales, dentro y fuera del país para que lleguen dólares o salgan del colchón. O los silobolsas. “Los primeros dólares que van a llegar son los de los propios argentinos”, dice Delgado, quien recuerda que el campo tiene entre US$ 6 y 8 mil millones a la espera de señales.
A cuánto estará el dólar, qué pasará con los impuestos, qué impacto habrá en la inflación, son casilleros en las planillas de Excel de los planes 2016 donde se puede poner cualquier cosa. ¿Se podrá importar? ¿Se podrán girar dividendos? Lo decía Julio Fraomeni, el dueño de Galeno, el miércoles cuando reveló que imaginaba un dólar a $ 15 en 2016. En una comida con la Fundación DAR, esta semana, empresarios de la AmCham se lo preguntaban al equipo sciolista. Allí dividen las aguas: lo más urgente son los dólares financieros, para las reservas, esos pueden venir más rápido, quizás en parte con un blanqueo, dicen. Y también de acuerdos que se puedan ir cerrando con organismos decrédito (ver aparte). “Para que llegue la inversión extranjera directa, debería faltar más tiempo, según el sector”.
En el equipo del PRO son más proclives a creer en la siguiente fórmula que desate un “boom de inversiones” en el primer semestre del año: anunciar “todo junto” un programa de cambios de precios relativos, baja de retenciones y correcciones cambiarias y fiscales, lo más “lejos posible” de las paritarias de marzo, para que éstas se negocien “mirando hacia delante”. Apelan a que “ya pudieron negociar con los gremios en la Ciudad” y que lo harán en la Nación.
“La Argentina necesita un shock de confianza y Mauricio Macri lo genera por sí solo”. La tesis de Rogelio Frigerio, que se posiciona como “canciller económico” del PRO, hoy “vocero autorizado” junto a Alfonso Prat-Gay, es que si se gana la elección hay que trabajar entre el día del triunfo y el 9 de diciembre. Le está armando una gira “pre-asunción” a Macri, para tener asegurado un buen volumen de ingreso de divisas en el comienzo del mandato.
Hay consenso respecto de que cuando se empiecen a relajar las restricciones habrá algún “momento corralito”, de cuello de botella sobre el BCRA. Allí, “habrá que mostrar fortaleza”, dicen en el PRO. El sueño amarillo es que en 2017 el problema sea el ingreso de dólares.
El problema de mediano plazo es revertir la falta de inversión: el Estudio Bein calcula que entre 2012 y 2015 cayó más de 3%. En términos de PBI, ronda el 17%, cuando a comienzos del mandato de CFK, estaba arriba del 20. La perspectiva es conseguir cinco puntos más. La receta, además de recomponer variables fiscales y cambiarias, está atada a la vuelta del financiamiento. Todos consideran clave en ese tren, arreglar la deuda en litigio. Lo dijo incluso el gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, el Scioli de los mercados, el viernes en Nueva York.