La industria automotriz es uno de los principales puntos débiles que 2014 trae consigo para la economía local. Más allá de los condicionamientos externos, en los que cobran relevancia el menor crecimiento esperado en los países vecinos, para el conjunto de analistas se trató un deterioro lento que no sólo se explica por el avance de Brasil y su mayor competitividad devenida de la devaluación del real. El mes pasado, se ensamblaron 36.156 unidades, un descenso del 17,9 % respecto de igual mes del año anterior y de 19,5 % frente a diciembre, informó la Asociación de Fábricas de Automotores de la Argentina.
También inside el “mega-impuesto” a los automóviles de alta gama que encareció hasta en un 50% el precio de los automóviles y, por sobre todo, la devaluación de enero que fue de 23% y “dejó sin precios al mercado”, según destacan en el sector, que remarcaron que “ya desde mediados de 2011 se notó una fuerte caída del empleo registrado. Si bien hubo un leve repunte en 3013, nunca se logró recuperar los niveles previos a la crisis”.
Las suspensiones que ya comenzaron en el sector condicionan de lleno las negociaciones de paritarias.
La batalla entre “mantener las fuentes de trabajo” y sostener “el salario real”, entre trabajadores y empleados también se dará en el mercado de bienes durables y la construcción. “Si bien se puede esperar que la obra pública avance por ser un año electoral, lo cierto es que esperamos una contracción en la actividad privada, porque aún no se observa un panorama claro para las inversiones”, sostuvo Daniel Artana, de FIEL