En el conflicto entre el Gobierno y el campo se ha abierto otro arista, una que promete dar que hablar. Las grandes empresas exportadoras de granos, pellets y aceite, un grupo de titanes multinacionales, le declararía la guerra a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner por los obstáculos oficiales para concretar los embarques de mercadería que están experimentando.
Según informa el sitio Infocampo , las empresas globales Cargill, Dreyfus y Bunge y las argentinas Vicentín y Aceitera Ferneral Deheza, podrían frenar el recibo de mercadería en forma de protesta a los recientes "obstáculos" impuestos por el Gobierno, entre los que destacan las inesperadas inspecciones de la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCCA).
"El Gobierno está desesperado por hacerse de recursos fiscales y tomó medidas totalmente irracionales que las grandes empresas exportadoras no aceptan ni van a aceptar", aseguró una fuente del mercado a Infocampo. El enojo de las grandes cerealeras radica, también, en que desde hace veinte días una gran cantidad de barcos cargados con fuel oil varados por falta de pago del Estado. Esos buques debían descargar el combustible para reaprovisionarse de aceites y biodisel.
En este contexto, las cerealeras y aceiteras leen que el Gobierno está obstinado en ponerles obstáculos y perseguirlas, dentro de lo que se enmarcaría la investigación de la AFIP a 13 empresas que habrían hecho operaciones irregulares por 1.700 millones de dólares. Las empresas bajo la lupa son: Cargill, Molinos Río de la Plata, Bunge Argentina, Louis Dreyfuss y Aceitera General Deheza, varias de las que fogonean esta "guerra" al Gobierno.