“Al empleado que se va no se lo reemplaza”, coinciden industriales, analistas del sector laboral y economistas para explicar el parate del empleo, al estilo de la frase de Carlos Menem “ramal que para, ramal que cierra” con la que dio cuenta del desguace ferroviario en los 90.
La historia parece lejos de repetirse. Los puestos no se renuevan pero no se cae en despidos masivos. Aunque en el caso de las pyme, el panorama no es el mismo. “Donde había dos trabajadores, ahora hay uno. Se intentó mantener puestos de trabajo pero la situación en algunos casos es terminal”, explicó el presidente de la Federación de Cámaras Exportadoras, Fecacera, Jorge Sobrero.
El cuadro en el empleo, además, trasciende al sector fabril y se expande a otros sectores, como servicios. “No hay despidos masivos porque cerrar es complicado y la industria del juicio está funcionando a toda máquina”, aseguró Aldo Elías, presidente de la Asociación de Hoteles de Turismo.
Las grandes empresas y las que pueden apostar al mercado interno tienen margen de maniobra. Pero el sector exportador es el más golpeado, por una combinación de inflación por arriba de la devaluación del peso, y la pérdida de valor de las monedas de los países a los que la Argentina vende y con los que compite por terceros mercados.
En el Día de la Industria en Tecnópolis, la presidenta Cristina Fernández sostuvo que ante la crisis internacional habría que “sustituir exportaciones”: la venta en el mercado interno. Pero los empresarios advierten que no todo puede colocarse fronteras adentro. “La maquinaria agrícola viene de un crecimiento muy importante y hoy hay sobreoferta. Si no se puede exportar, no se puede vender localmente”, explicó el presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Rosario, Claudio Mossuz.