La explotación de un megayacimiento de gas en Neuquén que esta semana anunciará YPF puede volver a cambiar la matriz energética argentina, que pasó de la abundancia del fluido a la necesidad de importarlo en sólo una década. La noticia se conocerá en el marco de cambios profundos en el sector petrolero local. Por un lado, la mayor compañía del sector en el país venderá 15% de su capital en las bolsas de Buenos Aires y Nueva York para enfrentar nuevas inversiones, según anunció. Por otro, las familia Bulgheroni junto a sus socios chinos de Cnooc, acaba de comprarle a British Petroleum la totalidad en Pan American Energy, la segunda productora de crudo de la Argentina.
Además, Esso puso en venta sus estaciones de servicio y destilería en las que Petrobras estaría interesada. Al mapa se le suma el ingreso de Oil M&S, la empresa del empresario K, Cristóbal López, que está tomando parte de los surtidores de Petrobras y su destilería de San Lorenzo.
Los cambios tienen un denominador común. Guiños del ministro de Planificación, Julio De Vido, para desacartonar los precios que deprimieron la producción de energía en la última década.
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