Urgidos por la necesidad de dólares, en distintas áreas del Gobierno trabajan para frenar la sangría de divisas que crece de la mano del turismo, las compras online y otras vías de ‘fuga’ a través del uso intensivo de las tarjetas de crédito. Y de todas las medidas que se barajan, en los últimos días el establecimiento de un dólar especial para operaciones turísticas ganó nuevos adeptos de peso en el gabinete, como el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Junto con el viceministro de Economía, Axel Kicillof, Moreno reconfirmó a los empresarios mineros la puesta en marcha de un mercado secundario de bonos Baade a un precio intermedio entre el dólar oficial y el blue, como concreción de que habrá un tipo de cambio más alto para fomentar la inversión.
Pero el desdoblamiento se formalizaría para el sector turístico, ahogado por la inflación interna y el tipo de cambio, que encarecieron la Argentina para los visitantes del exterior. El déficit de la cuenta por turismo llega a US$ 12 mil millones al año, según Econométrica.
Un desdoblamiento para el sector “sería una de las posibilidades. En un momento lo hemos propuesto”, explicó el presidente de la Asociación Argentina de Agencias de Viajes y Turismo (Aaavyt), Fabricio Di Giambattista a PERFIL. Un dólar turista más alto que el oficial actual desalentaría algunos viajes al exterior y además abarataría las visitas. Hoy los extranjeros optan por cambiar sus dólares directamente en el mercado paralelo y por cada dólar reciben $ 10 en lugar de los $ 5,80 que podrían conseguir al oficial. Eso también hace que las divisas de los viajeros no lleguen al sistema formal.
En el sector privado, la teoría del desdoblamiento cobró fuerza a partir de la aceptación de Moreno por la medida. “Moreno siempre estuvo en contra del cepo cambiario y ahora abona a la teoría de Kicillof de distintos tipos de cambio”, relató un empresario con buena llegada al secretario. Pero la idea espanta cerca del vicepresidente Amado Boudou y el ministro Hernán Lorenzino, quienes aducen que “es muy difícil controlar que se hagan sólo operaciones de turismo”. La incógnita es que hoy toda interna está congelada por el reposo médico de Cristina Kirchner.
Controles. Que crezca la tesis del desdoblamiento no quita que no haya proyectos para frenar otras vías de gasto en divisas. “Entendemos que hay un uso excesivo de tarjetas de crédito en el exterior”, explica Di Giambattista que presentó a funcionarios del Gobierno un detalle donde marca que sólo el 40% de lo que se refleja como salida de turismo en el mercado único y libre de cambios (MULC) del Banco Central, corresponde realmente a turismo, y el resto a otras operaciones, como el comercio electrónico.
“En Brasil el gasto con tarjeta tiene un impuesto. En Estados Unidos y Francia estudian poner impuesto a las compras con e-commerce”, ejemplificó, como anticipo de lo que está en estudio. Fuentes del sector de tarjetas confirmaron que el Banco Central busca discriminar los gastos con plásticos en el exterior, medida previa a cualquier decisión. La titular de la Cámara de Argentina de Comercio Electrónico (CACE), Patricia Jebsen, estimó que la cantidad de argentinos que compra online en el exterior se duplicó; de los 700 mil del año pasado a 1.500.000. “Hay muchas versiones de lo que se puede hacer con las compras online, pero nadie del Gobierno se contactó con nosotros”, aseguró.
Las versiones de medidas alcanzan también a otros sectores, como autos de alta gama –que se convirtieron en un refugio para los pesos excedentes–. Y también la posibilidad de que suban el anticipo de pago de ganancias por las compras con tarjeta del 20% actual. Este anticipo, desmentido varias veces por la AFIP, ya no desalienta el gasto, ya que los viajeros lo incluyen en el cálculo del llamado “dólar tarjeta”, hoy en $ 7,06, que sigue siendo más barato que el blue.