ECONOMIA
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Venezuela ya intentó controlar los precios antes de las elecciones

En 2012, se congelaron productos y la inflación se redujo a la fuerza. Tras los comicios, hubo saltos de más del 3% por mes. Galería de fotos

Desafíos. La inflación, dolor de cabeza histórico del chavismo.
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Con estructuras económicas diferentes, la Argentina y Venezuela han elegido caminos económicos parecidos incluso para enfrentar la inflación antes de las elecciones.

Para economistas venezolanos y argentinos consultados por PERFIL, la política de control de precios en ambos países ha sido de corto alcance y, por lo visto hasta ahora, atada a procesos electorales.

Pensando en los comicios que finalmente ganó el fallecido Hugo Chávez en octubre de 2012, a fines de 2011 se estableció una ley más rigurosa de control de precios sobre alimentos y otros servicios, y efectivamente durante 2012 se logró cerrar con un alza de precios generales en 20,1%, 7,5 puntos porcentuales menos del ritmo que traía el costo de vida.

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Pero luego de los comicios, llegó una devaluación que volvió a disparar los precios de los bienes. “Este control de precios es ineficiente. Las últimas cifras del Banco Central de Venezuela (BCV) muestran que en enero de 2013 la inflación cerró en 3,3%, y que febrero registró una variación de 1,6%, y un informe oficial, que se filtró a prensa, informa que la inflación de marzo es de 2,8%”, señaló Jessica Grisanti, de Ecoanalítica, a este diario.

Para Maximiliano Castillo, ex gerente del Banco Central y presidente de la consultora ACM, “si los controles no se complementan con otras medidas, el aumento de precios va a continuar”. Si bien para Castillo “Venezuela tiene un esquema económico mucho más regulado que nuestro país”, en el último tiempo la Argentina ha ido emparejando su política económica a la de Venezuela en varios aspectos. Por ejemplo, la utilización de reservas para el financiamiento de las necesidades gubernamentales, junto al financiamiento del gasto público y déficit vía emisión monetaria, que son dos características centrales que comparten ambos gobiernos, según Castillo, y que en gran medida ocasionan la inflación.

Hacia futuro, en Ecoanalítica consideran que “una vez que se realice la elección presidencial de hoy, el Ejecutivo tendrá que afrontar el rezago en los precios de varios productos” y agregan que ven “poco probable que la inflación para 2013 esté entre 14% y 16%, como se fijó en la Ley de Presupuesto para el ejercicio fiscal de este año. Estimamos que para 2013 la inflación estará alrededor de 31,4%”, indica Grisanti.

En la Argentina, los economistas también creen que luego de las elecciones de octubre habría modificaciones en el tipo de cambio, el sistema de precios y el régimen de importaciones, sobre todo a raíz de la represión de aumentos que se viene acumulando para aplacar el costo de vida en el período de negociaciones paritarias.

El espejo venezolano de la economía local es más amplio: ambos países poseen un tipo de cambio devaluado y los índices más altos de inflación de América latina, y aunque han aplicado políticas reguladoras del mercado en lo que hace al control de precios, de cambios, restricción a la compra de dólares y la obligación de liquidar las divisas en moneda local; la inflación continúa, la fuga de capitales crece y las reservas se reducen. Como ejemplo, la obligación de liquidar divisas en la tierra de Chávez no ha frenado la caída de reservas internacionales ni el control de cambios la fuga de capitales.