A pesar del incremento de las naftas de la semana pasada, de hasta un 7%, YPF atraviesa problemas de caja que la obligaron a extender hasta noventa días el pago a proveedores –no a los más grandes, como a Schlumberger o San Antonio, sino a empresas de servicios de mediana envergadura– e incluso diferir el pago a sus socios en algunos yacimientos compartidos.
Las complicaciones financieras de la petrolera también se evidenciaron en el pago con demora del último vencimiento del IVA, por $ 150 millones, y en la cancelación de un préstamo tomado por Repsol por US$ 125 millones en agosto de 2011, que debió ser abonado con asistencia del Banco Nación.