LUIS LACALLE POU EN LA MIRA DEL ESTABLISHMENT LOCAL
La pandemia desnudó que Sebastián Piñera y el modelo que abraza Chile otra vez en esta segunda etapa no eran lo perfecto y sobre todo lo equitativo que el establishment publicita desde hace tiempo. En estos días, parte de ese mismo sector mira a otro político fronterizo: el uruguayo Luis Lacalle Pou. La cuestión es ver cómo se puede crear un nuevo modelo a seguir teniendo como ejemplo al flamante mandatario vecino habiendo no resultado Mauricio Macri. Invitado vía remota a participar de varios programas, muchos de sus anfitriones utilizaron una estrategia similar a la usada por Bernardo Neustadt como vocero mediático de Carlos Menem. El fallecido periodista acuñó, entre otros, el concepto: a Menem ahora “todos lo ven rubio y de ojos celestes”. Los Salieri actuales de ese estilo Neustadt admiraron la estampa deportista de Lacalle Pou y hasta los abdominales, su destreza como surfer y hasta su catolicismo. Un elemento más en un país laico, con aborto y marihuana legales. Si el presidente uruguayo tiene logros, se plantea un nuevo dilema. El macrismo residual construye a Patricia Bullrich como candidata en una –por ahora– fórmula en borrador, apalancando su estilo al de Jair Bolsonaro. Ese modelo fue observado con atención por el establishment, quienes “toleraban” su autoritarismo incluso ante los medios, en pos de las reformas económicas de Paulo Guedes. Pero el manejo del coronavirus no solo le dio ya el tercer testeo positivo sino magnificó su estilo en exceso. Lacalle Pou no se asemeja en nada a su par brasileño, mucho menos a la ex ministra de Macri. Por eso, qué nombre podría reemplazar a Bullrich.
¿VOLUNTARIOS?
Primero fueron “voluntarios”; luego, “colaboradores”; y ahora, “concientizadores”. Este cambio de denominación señala a los empleados de la Ciudad que, además de trabajar de manera remota, tienen que asistir una vez por semana, por cuestiones relacionadas con la pandemia. Algunos van a plazas y deben controlar que la gente, por ejemplo, use barbijos. Otros, a los hoteles donde hay gente en cuarentena; o a geriátricos, hospitales O vacunatorios. La categorización inicial de “voluntarios” era poco atinada: nunca tuvieron opción a decir no. Pero el viraje “zen” a concientizadores tampoco se ajusta. Simplemente son empleados que siguen directivas.
EMPRESARIO RARA AVIS
“Aquellos que tenemos un patrimonio significativo, por arriba de la media de la sociedad, tenemos la obligación ética y moral de poner el hombro en un momento de crisis excepcional”. No fueron Bill Gates ni algún otro billonario los autores de estas palabras, sino el empresario rosarino Guillermo Whpei. A través de su Fundación para la Democracia, este filántropo amigo de Alberto Fernández, de varios Nobel de la Paz y cercano al papa Francisco, acaso sea el único hombre de fortuna argentino que respaldó públicamente el impuesto extraordinario a la riqueza que impulsa un sector del oficialismo. Dedicado hace años desde Rosario al negocio de mutuales, financieras, bancos, real estate y hasta medios de comunicación, Whpei se muestra como un rara avis entre sus pares, al llamar a “recomponer puentes entre lo público y lo privado para reconstruir el tejido social”.