EN BUSCA DE LA LÍNEA DIRECTA CON EL NUEVO PRESIDENTE DE EE.UU.
Los nexos argentinos con Joe Biden: esa es la cuestión para algunos políticos. Y en un punto es lógico dado el cambio de gobierno que en enero tendrá Estados Unidos. Un video de Davos ubicó a Sergio Massa como uno de los que alguna cercanía pueden exhibir. Y esa proximidad, dicen, no se dio en un claustro diplomático o reunión secular de alguna entidad binacional. Sino en un espacio más relajado, un casamiento donde uno de los anfitriones generó un momento para que Massa y unos poquísimos invitados hablaran en privado con Biden. Otro nexo surgió esta semana cuando en el Gobierno se destacó la nominación de Janet Yellen como secretaria del Tesoro de Estados Unidos. Quien fue en su momento la primera mujer en estar a cargo de la Reserva Federal en dos oportunidades tiene a su vez relación directa con el famoso Nobel de Economía Joseph Stiglitz. Y por aquello de la idea de los “seis grados de separación”, Stiglitz conectaría a Yellen con Martín Guzmán y así se llegaría a Biden de una manera más próxima. De la teoría a los hechos concretos hay un trecho cruzado por muchos factores, y encima una pandemia global con todas sus aristas. Y otro de los nexos que se empezaron a desempolvar y a quien el celular se le agitó con llamadas y mensajes, parece, es Noah Mamet. Este hombre con nexos que van de Hollywood a los Obama y por ende a Biden, es de los norteamericanos que se enamoraron de la Argentina. Y terminado su ciclo como embajador tras la llegada de Donald Trump al poder, armó su búnker en Buenos Aires con “epicentro” en Puerto Madero, para convertirse en nexo de varias empresas de su país en Argentina. Bajo perfil en los últimos cuatro años que quizá en breve empieza a asomar. Incluso ya hay también quienes creen que, dado su conocimiento y sobre todo su pertenencia al partido demócrata, quizá pueda vestir de nuevo su traje de embajador en Argentina. Por eso, hay varios que lo ponen como el “nexo” de Horacio Rodríguez Larreta con Biden. Pero Mamet es de los diplomáticos norteamericanos que, como también Anthony Wayne, supieron hacerse de una agenda por demás amplia y variada. Y si se recorren todas las fotos de su paso como anfitrión del Palacio Bosch (residencia oficial del embajador norteamericano), Mamet sería, sin riesgo a equivocarse, el puente de muchos argentinos con quien en enero de 2021 le dirá a Trump: “La Casa Blanca le dice adiós”, Joe Biden.
PREPARANDO EL REGRESO
En una mesa, Rogelio Frigerio y Emilio Monzó, en otra vecina, Carolina Stanley y ex funcionario bonaerense. Ambas mesas ubicadas a distancia prudencial, no solo sanitaria sino preventiva. Esto es, para que los oídos no escuchen fragmentos que terminen generando información a medias, aun cuando los tres –Frigerio, Monzó y Stanley–jueguen hoy en el mismo equipo: el larretismo. Sí, al menos hoy, para ellos “Macri ya fue”. Y si finalmente Stanley logra los 40 votos necesarios, a fin de año se sumará al esquema porteño como asesora general tutelar de la Ciudad, un cargo con siete años de duración.
TRÍADA EN ROMA
Queda solo la firma y decreto de Alberto Fernández para que en Italia se complete la tríada de diplomáticos que revisten allí. Ya están María Fernanda Silva como nexo con el Vaticano, Carlos Cherniak en la FAO, y queda solo Roberto Carlés para la embajada propiamente dicha.