Facundo Manes y la cena que rinde tributo al cerebro. “Todos los días, cada tres segundos se diagnostica en el mundo un nuevo caso de enfermedad de Alzheimer”, dijo Julián Bustin, uno de los responsables de la gran estructura médica que comprende Ineco. Y como sucede desde hace ocho años, toda información fácilmente asequible sobre esa enfermedad genera carraspera, algún gesto de empatía entre los comensales e incluso alguna broma.
Pero es mérito de Facundo Manes instalar de manera didáctica y “popular” la importancia del cerebro como objeto de cuidado, de entrenamiento y sobre todo de estudio. Y desde que decidió reinstalarse en la Argentina todo eso lo comunica con sus charlas, sus libros, sus presentaciones y también en la cena anual con la que busca recaudar fondos para las investigaciones que realiza a través de la Fundación Ineco. A lo largo de los últimos años la convocatoria varía según el devenir, incluso político. Es decir en momentos preeleccionarios, hay políticos y funcionarios que aprovechan su vidriera para exhibirse apoyando a la ciencia, privada, pero ciencia al fin. Por eso, Manes repite en sus discursos (y esta vez no fue la excepción) que se debe “instalar el valor social de la ciencia (...) cuando hablamos de inversión en conocimiento, estamos hablando también de desarrollo social para el presente y para el futuro. Lo peor que podemos hacer en momentos de dificultad económica es ahogar el ecosistema del conocimiento y la innovación, que son las áreas que crean más trabajo y oportunidades.” Y en esa noche logró apoyo, incluso sumando el remate de una camiseta autografiada por los jugadores de su equipo –River Plate– que, a pesar de las dos últimas derrotas consecutivas, tiene un plantel que incluyó el “entrenamiento” del cerebro como parte de su rutina.
Gobernador mimado. La cena de COAS sorprendió al sumar su apoyo a un hospital de Jujuy, cuando desde su origen, esta ong responsable de la Feria de las Naciones, tiene como objetivo atender las necesidades de hospitales porteños. Este año el “lobby de apoyo” a Gerardo Morales fue productivo ya que no es la única ong médica que lo ayudó.
Amigos son los amigos. Tras la cumbre del J20, en su debut público como nuevo presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz difundió a través del CIJ (Centro de Información Judicial) su primer evento oficial. Junto a la vicepresidenta del tribunal, Elena Highton de Nolasco, participaron del Primer Encuentro Nacional sobre Violencia de Género Económica y Patrimonial. En los pasillos del cuarto piso de Tribunales no dejó de llamar la atención que esa actividad fuera organizada por el Gobierno, a través del Ministerio de Producción y Trabajo, y más específicamente de un área, el Centro de Desarrollo Económico de la Mujer, dirigido por Helena Estrada, quien también participó del cónclave. Los memoriosos del Poder Judicial recuerdan que Estrada fue durante varios años pareja del principal operador judicial del macrismo, Fabián “Pepín” Rodríguez Simón.
Mi Buenos Aires querido. Teresa Castaldo estuvo hasta hace poco más de un año en Argentina como embajadora de Italia y buscaba un destino europeo para seguir su carrera y estar más “cerca de casa”. Y así recibió con benéplacito la designación en Francia. Pero por momentos extraña Buenos Aires y una cuestión de inmigrantes entre el primer ministro italiano, Matteo Salvini, y el gobierno de Macron puso de manifiesto la expertise de Castaldo para calmar las aguas.
Esa boca de Lilita. El ácido comentario de Elisa Carrió sobre los decomisos de drogas de Patricia Bullrich hizo mella, y a cada publicidad tuitera sobre nuevas acciones de ese tipo no hay quien no la repita: “A Bullrich le ponen droga para que aparezca, pero el negocio sigue”.