Esta vez, la organización de la cena 2014 de Fundaleu manejó el ingreso al festejo de otra manera: sólo los famosos que harían de celebrity waiters podían ingresar al salón donde se tomaría la foto oficial de todos ellos vestidos con el delantal sponsoreado sobre sus atuendos festivos o trajes impecables. El resto de los invitados debía esperar para, en caso de quererlo, fotografiarse con ellos. Pero hubo dos excepciones de acceso a ese espacio: la de los conductores de la noche, Andrea Frigerio y Guillermo Andino, y la de Mauricio Macri y Juliana Awada. Desde hace tiempo los funcionarios del gobierno nacional no participan de esta tradicional cena, que en 2015 celebrará su vigésimo aniversario; el último de los que sí estuvieron –con discurso incluido– fue Ginés González García, cuando el ahora embajador en Chile era, allá por 2006, ministro de Salud de Néstor Kirchner. Si la sensibilidad extrema que pulula en el mundo de la política tanto como en los personajes de la farándula, que se irritan con apreciaciones banales de colegas para buscar cámara, se profundiza en el próximo año electoral, es muy probable que la gestión de Balcarce 50 tampoco envíe funcionario alguno a dicha fiesta en 2015. El motivo: Víctor Savanti, titular de la entidad, pecó de “honestidad brutal” cuando dio su discurso al saludar a Macri como “el candidato presidencial que yo voto”. Un desliz entendible pero políticamente incorrecto salvo que quiera, como COAS o Conciencia, proveer de gente al PRO. Fuera de la anécdota, Fundaleu cumplió con su objetivo: con todos los mecanismos posibles activos para recaudar fondos, reunió 1.800.000 pesos para seguir con la investigación, la docencia, el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades oncohematológicas. Un detalle a destacar: la astucia de Gabriel Martino, del HSBC, posibilitó que en la única subasta de la noche se duplicara el monto de lo conseguido en el remate de una joya.
Decile que no arrugue
Un show de Palito Ortega en los cumpleaños es como la evolución en el presente –por aplicar tan sólo un término azaroso– de los festejos del apogeo menemista, donde Las Primas o Ricky Maravilla eran números puestos. El popular cantante y ex político genera un magnetismo similar al de sus colegas mencionados y los invitados se lanzan a la pista desprovistos de cualquier inhibición para revivir bailes de juventud. Algo de eso sucedió en el festejo de los 50 años de Sergio Lapegüe, donde la política también estuvo literalmente representada por Horacio Rodríguez Larreta, Martín Insaurralde y Sergio Massa. Si los pedidos de selfies son indicio de apoyo electoral, el tigrense debería considerarse afortunado porque de los tres políticos fue el que más demanda fotográfica tuvo por parte de los amigos del cumpleañero. Pero por momentos, las miradas de Massa se centraron en Insaurralde cuando éste cuchicheaba con Malena Galmarini. Luego, en un encuentro fortuito con Jesica Cirio –ella salía del toilette y él estaba fumando en el área permitida–, aprovechó la oportunidad para decirle a la modelo: “Ciriiiiooooo, Cirioooooooo, decile (a Martín) que no arrugue, ¡dale!”. Ella devolvió una sonrisa de Mona Lisa y regresó a la fiesta.
Por amor al papa
Hace unos años, una publicidad de un canal de aire parodiaba el fanatismo de un padre primerizo por Maradona que, al enterarse de que el hijo que esperaba era una hija, igualmente la llamaba “Diega”. Desde que el cardenal Bergoglio se convirtió en papa, hubo un aumento de chicos llamados “Francisco”. Quien se sumará en breve a esta tendencia es la legisladora porteña Victoria Morales Gorleri, que, devota del papa argentino desde que vestía de cardenal, bautizará a su hija –que nacerá en breve– con el nombre “Francisca”. Y bueno...
Tarea para el hogar
En la Legislatura porteña hubo un desayuno de trabajo atípico: juntos, pero no revueltos, kirchneristas, macristas y sciolistas. Gabriel Fuks (FPV)y Alejandra Caballero (PRO), titulares de la Comisión de Asuntos Interjurisdiccionales aglutinaron a funcionarios para “generar un espacio de debate en temas comunes entre la Ciudad, la provincia de Buenos Aires y la Nación”. Entre café y medialunas, Daniel Chain, introdujo la problemática de la gente que se traslada a diario entre distritos; el kirchnerista Darío Díaz Pérez, los problemas de conectividad; el sciolista Emiliano Baloira, el compromiso de su jefe ante esas cuestiones; y Claudio Palmeyro, del sindicato de taxis, seguía con atención los temas vinculados al transporte. Todos se fueron con “tarea para el hogar” y el compromiso de aportar soluciones por “encima de los tiempos electorales” en una reunión en octubre próximo.
Euforia
El Colegio de Abogados porteño estuvo agitado por la elección del representante de dicha entidad ante el Consejo de la Magistratura nacional. Y el martes puso fin también a un álgido período proselitista, no exento de cruces picantes, acuerdos, rupturas y candidaturas sorpresa. Ese día, desde temprano, funcionaron a pleno las estructuras de las listas en pugna: envío de SMS, WhatsApp y llamadas invitando a los matriculados a votar; y los cabezas de lista y sus padrinos deambulando por la sede y las mesas de sufragio. Al referente de Gente de Derecho, Jorge Rizzo, se lo vio hiperkinético porque sus históricos rivales de Cambio Pluralista habían logrado el apoyo de importantes estudios, de un sector del radicalismo capitalino y de gente como Ricardo Gil Lavedra, Manuel Garrido y Leandro Despouy. Rizzo, por su parte, hilvanó alianza con el PRO, vía Daniel Angelici, y su Gente de Derecho puso a Adriana Donato y al ex fiscal porteño Germán Garavano a la cabeza de la lista, que se impuso por 500 votos. Tanto estrés hizo que ante el resultado Rizzo olvidara cualquier formalismo, y envolvió su voluminosa humanidad con una bandera roja y dedicó a la lista pluralista cantitos como: “Ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, para todos los vampiros, el regalo de papá”. Ya sosegado, agradeció a Julio Piumato el “envío” de 81 abogados a votar a su equipo.
La otra campaña
En un almuerzo organizado por el Club del Petróleo de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta y Néstor Grindetti hablaron ante unos cien empresarios del sector. Disertaron sobre “Gestión que no se ve” y perspectivas políticas y económicas de la Ciudad.